domingo, noviembre 24, 2024
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Fin de Curso

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Como corresponde a estas fechas, he revisado los exámenes finales e incluso he puesto notas. Me he venido arriba y he sido capaz de juzgar, cosa que en general considero dificilísima, pero las protagonistas del curso 2011-12 me lo han puesto fácil. Mis examinadas son las llamadas Bases del Estado según el Barón de Montesquieu. Puedo seguir con otros sectores, pero en este curso hemos tenido el peor alumnado que se pueda tener: Banca, Sindicatos, Medios de Comunicación, etc… Por ello me he autolimitado  No vaya a ser que le tome gusto a eso de examinar y poner notas. De momento ahí van mis primeras calificaciones.

Jefatura del Estado: Mal, muy mal; hasta debieron pedir perdón en su día. Pero ya no solo es el titular. También las familias, reales o adosadas, que funcionan por los juzgados debido a causas diversas. En resumen: suspenso y urgentemente necesitan mejorar.

Poder Ejecutivo: dos gobiernos en este curso. El primero ensimismado. El segundo sobrado. Claro que solo con los que tiene más a mano. Un desastre ambos. Las consecuencias ya las conocen. Otro suspenso. Algo bueno: es fácil que puedan mejorar si recobra la autoridad moral. Muy difícil que puedan empeorar.

Poder Legislativo: Cortes, Senado, Asambleas Autonómicas, Parlamentos y otros varios. Me evito entrar en detalles aunque no acabo de entender que sigan funcionando igual, como si nada pasase: pagando dietas injustificadas o que se dediquen a encubrirse entre ellos. Todo ello a partir de una extraña Ley Electoral por la cual han conseguido que sean percibidos como los principales causantes del desprestigio de los partidos y de la clase política. Calabazas y gordas.

Poder Judicial: Si les recuerdo entre otros el caso Dívar, el caso Garzón o el incipiente y sorprendente caso Grapo, todos ellos ocurridos en este curso, coincidirán ustedes conmigo que el asunto no acaba de estar claro y por lo tanto, con todas las precauciones y debidamente equipado con papel de fumar, les debo asignar otro cero patatero. Presunto, por supuesto.

De verdad que me hubiera encantado poder dar un aprobado general. Pero no ha sido posible. En este curso ignoro lo que les ha pasado a todas las instituciones que forman la base del Estado, pero ha sido un desastre. Nadie se salva y pocas veces tendrán un examinador tan benevolente como un servidor.

Ahora tengo un problema o dos: el primero es que los suspendidos deberán volver en Septiembre. Me produce mucha pereza. El segundo es que si siguen igual, pueden llegar a repetir curso. Eso sería terrible y difícilmente podríamos aguantarlo.

Pero cuidemos las formas y como buen fin de curso, cantemos; “Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus…”

Hasta la próxima semana.

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Paco Fochs

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