Cierto es que en estos días calurosos de final de julio estamos asistiendo a la ceremonia de la confusión.
La situación de nuestro país en estos días pasados con una prima de riesgo disparatada ha motivado todo tipo de especulaciones. Draghi diciendo primero que el BCE no estaba para solventar los problemas de las economías de cada país, lo cual nos hundió en la miseria, para pasar a los pocos días a decir que allí estaba él para salvar al Euro y lo que hiciera falta.
Cabe preguntarse qué es lo que habría cambiado entre una declaración y otra. Sea por lo que fuere, todo parecía indicar que íbamos a recibir un balón de oxígeno que se intuía que no sería un rescate total y que podría ir por la vía de la compra por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera de deuda española e italiana en el mercado o por la intervención del BCE. La prima de riesgo se suavizó y la bolsa española se disparó.
Ayer domingo tuvimos más dosis de confusión. Recibimos noticias de las declaraciones del Ministro de Finanzas alemán Schäuble. En ellas negó tanto la posibilidad de que el BCE intervenga comprando deuda española e italiana, como la posibilidad de que lo hagan los fondos de rescate. También dijo que nuestra situación no era para tanto alarmismo y todo eso lo dijo al mismo tiempo que su país se financia en algunos momentos a tipos negativos. Me pregunto ¿Cuánto tiempo podrá Europa resistir esta situación? Unos a tipos negativos y otros al 7% o más.
Personalmente me inclino a pensar que al fin nuestro país solicitará un, digamos, rescate parcial, al estilo de una línea de crédito, que consistiría en la compra por parte de los Fondos de Rescate Europeos de deuda española. Ya sé lo que ha dicho Schäuble, pero las realidades se imponen a las palabras y será cuestión de tiempo ya que en caso de no hacerse nada, el batacazo tras las últimas palabras de Draghi va a ser monumental.
Y lo creo así, porque en Bruselas en general y en Alemania en particular, tienen pánico y desconfían del tamaño de nuestro estado central, autonómico y local y máxime cuando es raro el día en que no se suma una autonomía más a solicitar el maná del Fondo de Liquidez Autonómica. Hay mucho miedo a la falta de control de las autonomías y a esa especie de insumisión que están generando. Recordemos que este fue un tema de conversación entre los representantes sindicales españoles y Merkel el pasado 5 de julio en Berlín.
Y me ratifico en mi opinión porque este tipo de rescate suave permitiría a Alemania meter la nariz y opinar sobre el tamaño del estado español en general y sobre las reformas necesarias, pudiendo acompasar el desembolso de fondos con la realización de las reformas a las que se comprometiera el gobierno de Mariano Rajoy. Si no hay reformas no hay dinero. La política de la zanahoria y el palo.
Tan sólo queda esperar unos días y observar cómo evolucionan los acontecimientos para poder ver cómo va desapareciendo la confusión en la que estamos viviendo. Tendremos que dar tiempo al tiempo y conservar la sangre fría.
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José Luis Martín Miralles