domingo, noviembre 24, 2024
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Talleres y observatorios imbéciles

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Cuando un país se despeña hacia el declive como consecuencia de su fracaso educativo, empiezan a emerger trabajos inventados. Unos trabajos que están pensados para ciudadanos que ni siquiera están capacitados para desempeñar trabajos no cualificados. Y en este caso no me refiero a los políticos.

Este tema me lo planteé un día paseando por un bello pueblo de la Alpujarra llamado Capileira, el cual frecuento mucho. Allí, en el centro de la aldea observé un cartel en una oficina que rezaba: “Servicio de interpretación de las cumbres de Sierra Nevada”. ¡¡Qué coño es esto!!, me pregunté entre sonrisas y estupor. Efectivamente, es una oficina donde colocan a unos cuantos sujetos del pueblo –y amigos del partido- para explicar las cuatro hierbas endogámicas que se encuentran en las cumbres de Sierra Nevada y de paso informar sobre todo lo que está prohibido hacer por la Cordillera Penibética. Perdón, para las víctimas del sistema educativo Autonómico, luego explicaré qué es “cordillera” y sobre todo qué es “Penibético” ya que no tiene nada que ver, ni con los penes ni con el Betis.

¡Por Dios!, con lo fácil que es, en lugar de toda esa infraestructura para recordar lo que está prohibido, redactar un cartel con una sola línea –y seguramente sobrará espacio- anunciando lo que está permitido, eso en el caso de que haya algo permitido. Pero no, ahí está toda esa parafernalia pagada por la Junta de Andalucía, que a su vez le saca el dinero al Gobierno de España y este a su vez lo consigue atracando y crujiendo a los ciudadanos del Estado. Y aquí es donde entro yo en escena, mirando en Capileira un cartel que pago yo “por pelotas”, sin ser andaluz y que dice: “Servicio de interpretación de las cumbres de Sierra Nevada”. Digo yo que, lo mínimo que podían hacer esta banda de chupópteros es poner mi nombre en el cartel como colaborador necesario. Por lo menos, ya que no llego a fin de mes, eso alimentaría mi ego.

Con lo maravilloso que era hace 20 años ir por Sierra Nevada, y de ello doy fe. Podías subir en coche hasta la cumbre, eso si los viejos carburadores no se ahogaban en el camino por falta de oxígeno. Una excursión y una experiencia inolvidable. Pero claro, hay que prohibir con buena dosis de imbecilidad y espantar al turismo rural.

Pero, ¿qué pasa ahora que no hay dinero para mantener los chiringuitos?, pues se podrá por ejemplo, cobrar a los restaurantes y bares por tener mesitas al aire fresco y a las tiendas por exponer sus productos, porque alguien lo va a tener que pagar. Así mataremos al comercio y crujiremos a los cuatro que aun quedan en pie y están tiesos.

Como suele ocurrir en esta vida, esta historia encendió la mecha de mi análisis para plantearme que todo eso, no es ni más ni menos que peonadas sin “currar” o como dicen en mi pueblo, una forma “blanca” de comprar votos para mantener al Señor Feudal.

Desde hace unos veinte años en  España se ha extendido este sistema de cobrar por no hacer nada. Un sistema que tuvo su origen en Andalucía con las peonadas y que ahora ha evolucionado aplicándose a cualquier tema que interese. Son las “Peonadas 2.0”. Un sistema inventado por los socialistas para asegurarse votos y mantenido por los del PP, que como buenas putas, se dejan querer.

Así podemos ver como han ido apareciendo toda una gama de ocupaciones imbéciles. Por ejemplo, ¿hay mujeres maltratadas?, pues inventamos el “observatorio de la mujer”. Sinceramente no se que coño observan que ni siquiera son capaces de observar que el 80 % de los maltratos son de inmigrantes. Pero ahí están los imbéciles observando mientras yo pago. ¿Y a quiénes colocan en los observatorios?.  A ver si lo adivinas.

En las grandes ciudades existe una nueva versión de peonadas 2.0, por ejemplo los cuentacuentos. ¿Quiénes son?. Suelen ser “perroflautas apañaditos” que cobran 300 euros por una función y que normalmente adoctrinan a los niños con filosofías zurdistas. Los suelen contratar los Colegios Públicos ya que los grupos directivos están controlados por los zurdosos. Si es en una comunidad con lengua tribal, pues a dar por culo a los vírgenes cerebros de los pequeños con sus gilipolleces lingüísticas.

Otros tipos de peonadas 2.0 las podrás ver acompañadas también de palabras como, por ejemplo: taller del vino, cocina alternativa, taller de música, método de interpretación, laboratorio de la cocina, observatorio de la mutilación del clítoris Bereber, y cualquier gilipollez acompañada de la palabra “autor”. No quiero olvidarme del vocablo “fundación” que sin duda su mayor exponente fue la Fundación Nacional del mapa genital femenino. ¡¡Ahí queda eso, con un par de ovarios!!

Pero las peonadas 2.0 los hay de todo tipo y condición. Hasta las hay de “alto estanding” como los 7 millones de euros, que se dice pronto, recibieron Fernando Adrián y demás cocineros multimillonarios para hacer I+D. Sin duda un dinero para Invertir + divertirse.

Todo un abanico de chupópteros hispánicos profesionales de las peonadas 2.0 que se costean con los recortes que te hacen a ti. Por eso cada vez que leo las palabras: alternativa, cuentacuentos, taller, servicio interpretación, autor, laboratorio, observatorio, etc., salgo corriendo sin poder evitar pensar en la madre que parió, al político y al peón.

Realmente así lo pienso y así lo digo.

Juan Vte. Santacreu – @JVSantacreu  – para Estrella Digital

 

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Juan Vicente Santacreu

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