Mientras Draghi juega al escondite con Rajoy y con Monti o, mejor, arrima su sardina al ascua de Merkel, en España no paramos de dar espectáculo. En lugar de unirnos para dar imagen de seriedad y fortaleza, seguimos dando razones para que no se nos tenga en cuenta. Lo de Cataluña roza ya el esperpento.
Al show demagógico que Artur Mas llevó a cabo no pagando a los trabajadores de las residencias de ancianos catalanas y al desaire que infringió al resto de España no asistiendo al Consejo de Política Fiscal y Financiera, sigue ahora el anuncio de cobrar tres euros diarios a los niños que lleven la fiambrera con comida al comedor del colegio. Alucinante.
Parece que sólo viviera para llamar la atención del mundo sobre lo mal que están. Pero, en ningún caso, anuncia que vaya a cerrar las veintitantas embajaditas o alguna de las siete televisiones autonómicas que tiene para ahorrar dinero. Lo suyo siempre va en la línea de reclamar pasta al Estado porque Cataluña se lo merece.
El problema es que, cada día que pasa, aparece un nuevo dato que deja al Molt Honorable en calzoncillos. Según se acaba de saber, la auténtica fuente económica del Estado no es Cataluña, tal y como aseguran los nacionalistas catalanes, sino la Comunidad de Madrid.
De enero a mayo de 2012 la comunidad autónoma de Madrid ha sido la que más ha aportado a las arcas públicas con muchísima diferencia. Un 43% de toda la recaudación de los tres principales impuestos del Estado (IRPF, IVA y Sociedades) proviene de la autonomía madrileña con 23.687 millones de euros. Detrás de Madrid, a considerable distancia, aparece Cataluña, que en los primeros cinco meses del año aportó al conjunto de España 12.184 millones o, lo que es lo mismo, un 22% del total.
Yo que Artur Mas me haría mirar su postura política porque empieza a ser enfermiza.
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La sonrisa de la avispa