Adelson viene a salvarnos. El magnate se ha pasado a la clarividencia y augura una intervención en España que propicia su inversión en el país. Lo que puede sonar a un mensaje de esperanza, se asemeja a una estrategia rastrera que sólo le reporta beneficio. Una vez ahogada España, a él sólo le queda apretar. Suelo más barato, mano de obra más barata y una política más barata fundamentada en el oficio de torcer el brazo para agarrar mejor esos 4.700 millones que promete.
Ahora le viene bien invertir aquí. Ahora, cuando no ve el dedo negro de Europa expulsándonos del euro sino unas manos llenas de oro para rescatar el país. De lo contrario hubiera puesto pies en polvorosa porque no hace ni tres meses que el magnate dejaba claro que Eurovegas no era un proyecto español, sino europeo, y trataba de tranquilizar a su junta de accionistas vinculando la viabilidad del mismo al futuro del euro.
Él, como ya tiene claro que a la peseta no volvemos, viene a generar ingresos. Así lo decía ABC el pasado miércoles: «Adelson cree que España va a ser intervenida y mantiene su compromiso de invertir en el país». La primera que le da las gracias es Esperanza Aguirre por traer «este proyecto de prosperidad tan importante para los madrileños». Y nosotros no podemos hacer más que secundarla. Gracias Adelson.
Gracias por querer traer a España 200.000 nuevos empleos mientras que en el resto de sus tres casinos se conforma con 40.000. Gracias por preocuparse porque Madrid enriquezca sus infraestructuras de metro, AVE y carreteras con una «pequeña inversión» que sólo nos va a costar 900 millones de euros. Gracias por pedir exenciones fiscales para ahorrarnos el papeleo. Gracias por exigir suelo barato y evitarnos la tentación de otro boom inmobiliario. Gracias por querer traer a sus trabajadores y no escogerlos de entre los cinco millones que ofrecemos. Gracias por querer darnos una ciudad para el ocio familiar donde los menores puedan entrar a fumar. España necesitaba un mesías así.
Editorial Estrella