Ganó ETA. Otra vez. Al margen de los razonamientos legales, políticos o humanitarios que cada uno pueda tener, la liberación del asesino y torturador etarra Bolinaga es una victoria de ETA. La banda terrorista planificó su estrategia política y puso al Gobierno frente a la alternativa del diablo con lo que cualquier medida que tomase era mala para España. Si el Ejecutivo decidía dejarlo en la cárcel, Bolinaga le servía a los terroristas para montar pollo en la cárcel y fuera. Si decidía sacarlo de la cárcel, Bolinaga le servía a la organización criminal para montar pollo en la calle y trasmitir a los asesinos que aún están en la cárcel que seguía teniendo fuerza. Todo les valía para que el Gobierno le hiciese la campaña electoral. Y es desde esa estrategia de marketing desde dónde hay que juzgarlo todo.
Da igual con que el inhumano terrorista esté enfermo o no. El Gobierno tenía que elegir entre una decisión mala y otra peor. Y eligió la peor. Cayó en la trampa que le habían tendido y desde hace semanas no podía hacer otra cosa que soltar a Bolinaga. Y los jueces de la Audiencia Nacional lo único que han hecho es dejarse llevar por el viento de una legislación blanda y, por qué no decirlo, por su futuro profesional. En España, con la dependencia tan tremenda que hay en la carrera judicial del poder político, es malo enfrentarse al Gobierno. Y el Gobierno quería resolver el problema cuanto antes. Y daba igual que la médico forense dijese que el terrorista no está tan enfermo como para excarcelarlo.
Y digo esto, porque los cuatro jueces que han decidido poner en libertad a un asesino y torturador podían haber hecho lo contrario sin ningún problema ya que el tipejo no ha colaborado con la justicia, ni se ha arrepentido ni, como he dicho más arriba, está en fase terminal que son los tres condicionantes que exige la ley. Pero decidieron sacarlo por el último supuesto. La ley les permite esa discreción.
El problema es que, ahora, viene la segunda parte que, como en aquella canción infantil, es la más interesante. Como es natural y siempre ha sucedido, cuando ha ganado ETA, la banda terrorista pasará a la fase de propaganda pura y ahora vendrán los homenajes al asesino y torturador Bolinaga en cada pueblo del País Vasco para llamar al voto separatista y filoterrorsita. Y aunque la Audiencia Nacional los prohíba, lo harán porque esa es otra de las mentiras que tenemos asumida desde hace tiempo en España.
Que el Gobierno tiene la culpa de este fraude de ley y de esta burla a las víctimas de ETA, sin duda. Pero, en su descargo, hay que decir que los terroristas le pillaron entre dos fuegos para que les beneficiase hiciese lo que hiciese.
Me hubiera gustado que el Ejecutivo hubiese optado por dejar a Bolinaga en la cárcel. Hubiera sido un gesto de firmeza que los ciudadanos habrían valorado en su justa medida, ya que hubiera servido de prueba del nueve que demostraba que España está en manos de un Gobierno fuerte. Pero no ha sido así. Ya veremos si con la decisión de excarcelarlo no tiene consecuencias políticas, incluso, en el propio PP.
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La sonrisa de la avispa