Los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, comparten un enorme responsabilidad en haber alimentado al insaciable nacionalismo cuando han estado en el gobierno. Antes que ponerse de acuerdo entre ellos, en un tema tan absolutamente de Estado, han preferido entregar lo que fuera para garantizarse sus mayorías parlamentarias. Lo practicó González y lo practicó Aznar.
Pero quien elevó el «pecado» a categoría de mortal fue Rodríguez Zapatero y su iluso y evanescente proyecto de una España que el llamaba plural y que nos ha traído, un Estatut que nadie solicitaba y acabó por convertirse en una amargura para todos, una cesión de soberanía inaudita y un dejación de sus responsabilidades como Presidente de España absolutamente aberrantes.
ZP ha sido el mejor caballo de Troya posible del nacionalismo en el Estado. Muy bien conducido por Maragall, que siempre tuvo claro su condición de nacionalista muy por encima de sus siglas socialistas. Cobró en especie el favor a Zapatero en el Congreso y se aprovechó de unas bases socialistas a las que hizo cruzar a la orilla nacionalista, utilizando su voto charnego para avanzar en un camino que en realidad venía converger con el de Mas o el de ERC.
Maragall no ha sido el tonto del nacionalista. Eso han sido otros. En especial Montilla y quienes le secundaron en su disparate de tripartito que ha acabado por dejar al otrora hegemónico partido en Cataluña hecho unos zorros y convertido en una sombra electoral de lo que un día fue. Suele pasar cuando unas siglas traicionan principios y hasta sentimientos que era sus señas de identidad.
Hoy ese PSC, dividido, sin un mensaje, sin nada que les diferencia ni que les posicione donde nunca debieron dejar de estar, se encuentra en un verdadero brete. Con unos votando independencias municipales, otros secundando manifestaciones separatistas, Carmen Chacón no sabiendo si quitarse ya de catalana si quiere tener algún papel en el PSOE y lo que queda del naufragio intentando retornar de alguna forma a lo que fueron sus bases y sus esencias. Difícil y mas con una elecciones cercanas.
Por eso Rubalcaba se suelta ahora con lo de estado Federal, por ver si dándole un patadón al balón al menos se lo casa por un momento de su área. Pero no cuela el despeje. El federalismo si es posible estudiarlo. Entre todos, con el sosiego que es menester y la prudencia necesaria. Pero no es ahora, cuando lo que tenemos encima del tapete es un órdago de Mas que ahora se quiere hacer de Puerto Rico. O sea, algo así tras los movimiento telúricos que deben estar produciéndose bajo sus pies, que independencia si.. pero como que menos. Que en algunas cosas que ellos le interesa como la UE, o al OTAN, o la ONU o la Liga, pues en eso se quedan. Y eso ya es tomar por excesivamente tontos a los demás.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Antonio Pérez Henares