Mientras un sin fin de analistas políticos y económicos intentan buscar claves políticas en unos Presupuestos Generales del Estado pactados con Bruselas, se nos ha escurrido por entre los dedos una noticia de mucho alcance que ha puesto los pelos de punta a más de uno.
Y es que, si a nadie ha sorprendido que CiU y ERC apoyen, en el Parlamento catalán, una resolución a favor de convocar un referéndum independentista en Cataluña, sí ha asombrado que se haya aprobado sin el voto en contra del PSC. Y aún peor, que dos significativos diputados socialistas catalanes hayan votado a favor de esa propuesta secesionista, como han sido el caso de Ernest Maragall y Marina Geli.
Y me parece un hecho muy grave por lo que significa de traición al PSOE y a España. Entre otras razones porque el socialismo catalán tiene sus bases más sólidas en la emigración extremeña y andaluza. De hecho, el propio presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, no se explicaba ayer una decisión tan absurda en un intercambio de tuits muy significativos con Esnest Maragall y en los que se reflejaba la tensión con que se está viviendo en el seno de los socialistas españoles esta traición, ya que en Ferraz querían que el PSC mostrase en el Parlamento catalán una postura constitucionalista conjunta de PSOE y PP para frenar el órdago secesionista.
¿Qué está ocurriendo el socialismo español para que los socialistas catalanes, pese a ser el sostén del socialismo español de las últimas décadas, anden queriendo ir por libre (incluso, tener grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados) y que ayer mismo lo manifestaran tan explícitamente y por dos veces?
Porque el PSC llevó a cabo, ayer, en el Debate de Política General de Cataluña esa ruptura-traición con Ferraz y con España en dos ocasiones. Y, curiosamente en las dos, con esa misma postura cobardona de la abstención que lleva consigo ‘un no pero si’ pero que, parlamentariamente, sirve para mucho en el juego de las mayorías…
Y es que, además, de abstenerse en algo tan grave políticamente como la autorización del referéndum secesionista, el PSC se abstuvo también en una votación en la que se instaba al presidente de la Generalidad, Artur Mas, a que explicase en el Parlamento catalán la posible implicación de CDC en el ‘caso Palau’. Propuesta que no prosperó a causa de su abstención. Y para Ferraz y para España era una importantísima ocasión para pararle los pies al Presidente de la Generalidad.
¿Qué está pasando en el socialismo catalán para que se esté comportando de esta manera?
¿Forma parte de la propia división interna que existe en el socialismo español?
Porque lo que no se entiende es que el PSC quiera ir por libre en estas cosas y, en otras, quiera gobernar España con Carme Chacón, una de sus líderes…
No lo sé… Pero está claro que la política ‘blandiblú’ de Zapatero con Cataluña tiene estos lodos. Incluso para el propio PSOE y para la propia España.
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La sonrisa de la avispa