Arranca la campaña para las elecciones en el País Vasco y en Galicia. Cuando éstas se celebren, se pondrá en marcha la maquinaria de las catalanas. Sus resultados nos ofrecerán tres instantáneas muy interesantes cuya lectura trascenderá la mirada autonómica. Porque las tres convocatorias ofrecen perfiles muy especiales.
En Galicia, la única de las tres comunidades en la que el PP tiene opciones de gobernar, Alberto Núñez Feijóo arranca con el lastre de que sus paisanos voten en clave nacional y castiguen en sus posaderas a Mariano Rajoy. Lo sabe muy bien, y por eso en su primer cartel ha prescindido del logo del partido, algo impensable hace un año cuando la ola arrastraba al PP al poder de manera inexorable.
Paradójicamente su victoria fue la primera señal de la marejada popular que se avecinaba, y ahora se escrutarán sus resultados para medir si esa ola remite. En el País Vasco se vivirán las primeras elecciones sin la macabra sombra de ETA y, por primera vez en más de una década, con todas las opciones políticas dentro de la legalidad. Patxi López ha conseguido un lugar en la historia al ser el lehendakari bajo cuyo mandato se logró la normalización de la convivencia en Euskadi, sin embargo, parece poco probable que esos méritos le sirvan para lograr la reelección.
Es el caso contrario de Artur Mas, incapaz de agotar la legislatura y con su comunidad a punto de ser rescatada, quizás logre la mayoría absoluta tapando con la sábana del independentismo el balance de su gestión. Al menos, si todos los partidos clarifican definitivamente su posición en la materia y los catalanes se manifiestan en las urnas de manera masiva podremos tener una imagen certera sobre la dimensión del alma independentista en Cataluña, para saber a qué atenernos sin tener que contar manifestantes o interpretar encuestas.
Sé que la pasión ciudadana por la política en España está bajo mínimos, pero estas tres próximas citas se presentan apasionantes. Lástima que no pueda votar en ninguna.
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Isaías Lafuente