Ayer, domingo, me recordó mucho a aquel Primero de Mayo que, en la dictadura franquista, se le llamaba Fiesta de la Exaltación del Trabajo, por el ser el día de San José Artesano. Cosa que no entendí nunca. Pero recuerdo que aquel día, por un lado, el sindicato oficial, que era una mezcla de muchos sindicatos verticales, hacía un llamamiento marketiniano a manifestarse por los logros conseguidos y, por otro lado, se celebraba un gran acontecimiento deportivo en el que el estadio se llenaba de banderolas, pancartas y cánticos a favor de aquella España.
Y digo que me recordó aquellos tiempos porque el sindicato unitario y 57 organizaciones más se manifestaron en toda España en nombre de una marketiniana Cumbre Social, aunque en Madrid se manifestaron escasamente unas decenas de miles, y porque se jugó un partido de fútbol en el que otras decenas de miles de espectadores llenaron el graderío de banderolas, pancartas y cánticos a favor de esta Cataluña.
En fin, que yo creía que habíamos avanzado algo treinta años después de aquellos factos y resulta que aún hay españoles que no lo han superado y le siguen gustando aquellos métodos. Y lo curioso es que no sólo se han quedado anclados en el pasado sino que andan sacando pecho por ello e, incluso, amenazando.
En Madrid, los integrantes de la fantasmagórica Cumbre Social se permitieron el lujo de amenazar al Gobierno con una huelga general. Nada menos que con una huelga general si no convocaba un referéndum. Nunca se vio más alta autoestima. De hecho, la huelga ya está prácticamente convocada para el 14 de noviembre, haciéndola coincidir, según ellos, con otros países de la Unión Europea, aunque la realidad es que hasta ahora sólo se ha convocado en Portugal. Así es el marketing sindical. Y resulta más curioso aún que, en España, esta gente se manifieste contra el Gobierno, acusándole de traicionar su programa electoral, cuando ellos no les votaron.
Ayer, en la manifestación, estaban miembros del sindicato unitario UGT-CCOO y gente de izquierda en general con lo que quejarse de que en España se vive «un flagrante fraude electoral» es inaudito porque ninguno de ellos votó al PP. Entendería que se quejasen los votantes del PP pero lo que no le votaron… En fin, la izquierda española siempre es la representante de todos… Forma parte de su formación original…
En Barcelona, por su parte, unos cuantos separatistas quisieron convertir un partido de fútbol en un acto político en pro de la Independencia de Cataluña, como aquellos que se hacían en tiempos de Franco reivindicando la autarquía. El caso es que todos los espectadores del partido levantaron al unísono una cartulina al principio de partido, muy al estilo de aquel tiempo o de cualquier dictadura. Y me vienen a la memoria situaciones parecidas en Cuba o en Corea del Norte. Después, en el minuto 17 con 14 segundos (en recuerdo de aquel 1714) gritaron a favor de la independencia. Ya eran menos que al principio. Más tarde ya no quedaba nadie que no animase a su equipo porque el acto político se convirtió en un simple partido de fútbol. Como entonces.
En definitiva, que, como decía antes, hay gente que, incomprensiblemente, quiere volver al pasado. O al menos eso pareció ayer.
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La sonrisa de la avispa