lunes, noviembre 25, 2024
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Bolinaga ya no está tan enfermo

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Ahora resulta que el preso etarra Jesús María U. Bolinaga no estaba tan enfermo. Al parecer, el tío no estaba al borde de la muerte. De hecho, ha recibido el alta del Hospital Donostia, donde era tratado de un cáncer, y ha salido por su propio pie para irse a su casa como si fuese un ciudadano cualquiera.

Extrañamente, acompañado de sus familiares. Y digo extrañamente porque yo creía que estas personas tan crueles habían sido repudiadas, incluso, por su familia. Porque Bolinaga no es un ciudadano cualquiera. Es un asesino de tres personas y el torturador hasta sus últimas consecuencias, si la Guardia Civil no lo hubiera impedido, de Ortega Lara y por lo que cumplía condena hasta que le concedieron la libertad condicional por enfermedad grave.

Bolinaga, dicen ahora, tendrá que cumplir las condiciones que le impuso el juez para concederle la libertad condicional como, por ejemplo, no podrá acercarse a sus víctimas, ni participar «de forma activa o pasiva» en manifestaciones públicas de enaltecimiento del terrorismo. Tampoco podrá ausentarse sin autorización judicial de la localidad de Mondragón, donde establecerá su residencia, y deberá comunicar cualquier novedad referida a la evolución de su tratamiento médico. Una broma. Todo suena a broma porque hará lo que le dé la gana. Sin ir más lejos, lo han recibido a las puertas de su casa con banderas a favor de los presos de ETA profiriendo gritos como «Jo ta ke, irabazi arte» -«dale hasta conseguirlo»-, uno de los gritos habituales de la banda terrorista y su entorno a la hora de defender la lucha armada.

Lógicamente, esta salida andando de la cárcel y con boina, esa prenda de su uniforme que la banda terrorista le ha robado también al pueblo vasco, no es más que la culminación de una estrategia política de ETA de cara a las elecciones autonómicas vascas cuando ordenó a Bolinaga que hiciese huelga de hambre y que el Gobierno se viese obligado a elegir en una alternativa del diablo, porque cualquier medida que tomase era mala para España. Lo dije hace meses. Si el Ejecutivo decidía dejarlo en la cárcel, pese a la huelga, Bolinaga servía a los terroristas para montar su campaña electoral. Si decidía sacarlo de la cárcel, como ha pasado, Bolinaga le servía a la organización criminal para montar su campaña electoral. No había salida. Todo les valía a los terroristas. Ahora, curiosamente, el multiasesino y torturador ha sido dado de alta dos días después del triunfo en las elecciones de ETA-Batasuna-Bildu.

Como si estuviese pactado.

ETA ganó. Otra vez. Y las víctimas del terrorismo tendrán que tragar un nuevo sorbo de hiel. Espero que el PP, a la hora de analizar los votos obtenidos en el País Vasco en las elecciones del domingo, ponga en el debe la decisión que tomó en aquella alternativa del diablo que le planteó ETA. Porque estoy seguro que tuvo mucho que ver.

En cualquier caso, lo que me duele hasta la indignación es ver cómo esas víctimas de ETA son, cada día, más orilladas a la vera del camino para que dejen pasar a sus verdugos. Porque, políticamente, interesa. Qué error, que inmenso error.

La Avispa-Estrella Digital

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La sonrisa de la avispa

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