Sospecho que hasta no acaben de contar el dinero incautado a la españolizada (según el verbo de moda) mafia china, aquí no habrá rescate. No vaya a ser que con esa fortuna, nos rescatemos sin ayudas e incluso podamos echar una mano a Grecia.
Las imágines televisivas de tantos fajos de euros son tan impresionantes como impúdicas, así como la forma de trasladarlos en carritos de supermercado que me supongo estaban dispuestos no para blanquear sino para amarillearlos, es decir: mandarlos a China y que adoptasen ese color que se atribuye a la piel de los asiáticos, según los tópicos racistas. Lo de blanquear es otra cosa, pero se ha puesto de moda aunque no lo explican bien y se lían.
En este caso más bien creo que se lo llevaban y punto. Como muchos otros, pero a lo bestia. Los chinos inventaron el papel moneda y es lo que les gusta. La ingeniería financiera opino que no va con ellos y tal vez esa es la razón por la cual las cosas les funcionan lo suficientemente bien.
Pero debo comentarles que el tema me tiene algo «mosqueado». Me explico: la mafia parece ser que llevaba años funcionando impunemente. Precisamente ahora salta al primer plano informativo. Como si de una cortina de humo se tratase. Si es así, debo decirles que para ser una posible distracción de los problemas que tenemos en la mesa, tanto nosotros, como el gobierno y el Ministerio del Interior, al tema no le falta detalle: exotismo con dosis de españolización, gran despliegue informativo, ruedas de prensa con documentos gráficos e incluso la intervención de algún personaje popular; el cual es masacrado aunque los jueces le ponen en libertad inmediatamente. Las referencias morbosas y las alusiones a futuros personajes involucrados, no hacen más que adornar la película.
Yo no aseguro que esto sea así. Pero deben comprenderme. Llevo toda una vida sufriendo manipulaciones político-informativas y ya no sé muy bien si mi escepticismo es de nacimiento o es el mundo el que me ha hecho así.
La muerte de Kennedy, la de Marilyn e incluso la de Carrero, los atentados sin resolver satisfactoriamente o la llegada o no del hombre a la luna, son ejemplos de incógnitas que sin duda me llevaré a otro mundo, pero no estoy en absoluto decepcionado. Me consuelo con mi instinto que ya ha elaborado teorías para cada caso.
A servidor le duele más cuando tiene la certeza absoluta que ha sido objeto de manipulación constante. Esto me pasó con el antiguo régimen cuando dejaban caer que las mujeres rusas eran feas, masculinas, mal arregladas y estéticamente lo peor. Luego, cuando levantaron el llamado Telón de Acero, los diseñadores y los futbolistas se dedicaron a traernos a unas señoras despampanantes que contradecían tanta pérfida información. Ahí comprobé que me había pasado engañado media vida.
Definitivamente, esto no lo puedo ni lo podré perdonar.
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Paco Fochs