Queda apenas un día de campaña electoral y ya se han puesto sobre la mesa las complejas e inquietantes dudas que presenta el caso denunciado por un medio de comunicación acerca de la existencia de cuentas pertenecientes a Artur Mas en bancos extranjeros. Cristóbal Montoro se había sumado ayer a la denuncia acusando, con un tímido velo, al presidente de la Generalitat de poseer un capital oculto en el extranjero.
Cristóbal Montoro se había sumado ayer a la denuncia acusando al presidente de la Generalitat de poseer un capital oculto
Los que tienen cuentas fuera de España son los que deben dar explicaciones, dijo el ministro de Hacienda. Pero el verdadero eco provenía de Rajoy, que acusaba de falsedad la denuncia de conspiración para desacreditarlo que por su parte lleva haciendo mas desde que se hizo pública la noticia.
Pero eso no es nada comparado con el lío que se está montando en la fiscalía. El fiscal jefe del Tribunal Superior de Cataluña ha abierto diligencias por calumnias contra el diario que denunciaba a Mas y de manera inmediata el Fiscal General del Estado parece haberle desautorizado.
De otro lado el comisario jefe de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), Manuel Vázquez, ha afirmado que no existe ningún informe adicional al sumario que se instruye sobre el llamado caso Palau – asunto del que colgarían las artimañas de Mas para hacerse con comisiones ilegales y evadirlas a Suiza-.
Una campaña electoral es y debe ser algo bastante más serio que esto
Todo esto es deningrante y aberrante. Cuesta creer que se facilite esta munición para el victimismo de Mas y que se le haga tan fácil acusar al Estado de una conspiración contra su persona en tanto que líder del soberanismo y, precisamente ahora y no antes, que el líder de CiU ha cogido esta senda y ha roto su buena compañía con Sánchez Camacho o con el mismísimo Montoro que ahora proclama esas gracietas electoreras para su parroquia de adeptos mitineros.
Una campaña electoral es y debe ser algo bastante más serio que esto: Es y debe ser una oportunidad para transmitir propuestas y programas, proyectos y personas, no para este uso del barro del que ya hablábamos y que va a dejar para el recuerdo una campaña francamente sucia. Y en un tiempo en el que la política no está para permitirse estas alegrías. Cuanta torpeza.
Análisis Estrella