sábado, enero 11, 2025
- Publicidad -

Democracia devaluada

No te pierdas...

Es un hecho que nadie discute la baja calidad de nuestra democracia. Es una verdad tangible, no abstracta. Se concreta en datos y en verdades evidentes. El Congreso de los Diputados ha decidió evitar la jornada de puertas abiertas. Parece una metáfora, una licencia poco poética sobre la otra realidad: la de las verjas protectoras que blindan un día sí y otro también el entorno del palacio de la Carrera de San Jerónimo.

Pero el silencio no los encubre: los sondeos dicen que ninguno merece un aprobado popular y cada vez que se consulta pierden escalones de valoración

Está blindado el Congreso a la asistencia de Rajoy y cuando este lo hace, los debates son pequeños juegos florales en los que parece comentarse más la actualidad política que disponer de un sustancioso encontronazo entre proyectos dispares y plurales. Decae la actividad parlamentaria en su parte legislativa porque el decreto Ley se ha impuesto como modernidad al viejo uso del debate entre parlamentarios elegidos para ello. Los ministros no comparecen puesto que la mayoría bloquea las solicitudes y los ministerios están a cosas más importantes.

Son pocos los ministros que nos regalan con sus declaraciones. Pero el silencio no los encubre: los sondeos dicen que ninguno merece un aprobado popular y cada vez que se consulta pierden escalones de valoración. La vida parlamentaria se parece a la de la Duma con el Zar o a nuestro propio Congreso con Cánovas, o con Sagasta. Hemos vuelto a los orígenes de la democracia representativa, y las cámaras de diputados son cosas incomodas que interfieren la política de palacio. Ahora este es un refugio al que se llega por elección. En España no se ganan elecciones, las pierden los que gobiernan. Por eso la prueba de la invisibilidad puede ser determinante para los nuevos rumbos del sistema.

Lo que pasa es que esto de la invisibilidad se hace muy visible. Y aunque nos quiten las jornadas para ver los tiros de Tejero y hacerle burla a los escaños del poder, el Congreso acabará siendo un símbolo que habrá que defender. Pero sin muchos de los de dentro, claro está. Los revolucionarios del XIX asaltaban la Carrera de San jerónimo y derribaban gobiernos con la facilidad de los pronunciamientos y las sabiduría de las revueltas populares.

Y aunque nos quiten las jornadas para ver los tiros de Tejero y hacerle burla a los escaños del poder, el Congreso acabará siendo un símbolo que habrá que defender

Viendo el panorama y crecer la indignación popular, que es sabia, rebelde y valerosa, uno se pregunta por los políticos de altura, aquellos a los que la misma rabia popular culpa del desaguisado actual. Me refiero a los arquitectos de la transición, tan denostada. Un error; la transición fue una obra memorable que acabó sentenciada en manos de mediocres. Estamos como en el Bajo Imperio, viendo la autodestrucción de Roma.

Pero si Suárez estuviera aquí no sería ningún lenguaraz, petulante o chiquilicuatre como la mayoría de estos. Sería un político listo, hábil, audaz e inteligente; acometería este proceso crítico sin eludir el Congreso, acudiendo al diálogo y dejando que el pueblo compartiera su opinión con la toma de la calle. Yo viví todo aquello desde una barricada distinta y sé de lo que hablo. Por más que se tergiverse, esta democracia de saldo no es el fruto de aquel espíritu constitucionalista; es, si acaso, la prostitución de aquel proceso, un proceso del que formábamos parte de forma activa también los que abjurábamos de algunos de sus principios.

En eso consiste el progreso, en avanzar compartiendo la razón o aceptando equivocarte. Pero para eso es precisa cierta grandeza que no se respira por las Cortes actuales y mucho menos en la Moncloa. En verdad convendría abrir las puertas, pero para que entrara el aire de la calle y el presidente y los ministros se quedaran sin excusas.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Rafael García Rico

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -