CiU se ha instalado en la esquizofrenia. El partido catalanista que sobre todo representaba a las clases medias de Cataluña se ha convertido en independentista y por si fuera poco ha cerrado un pacto con Esquerra que le obligará a hacer una política de tinte claramente izquierdista. A veces, el destino de los países dependen, para bien o para mal, del empecinamiento, la ambición, los temores, la soberbia o la debilidad de sus dirigentes. Artur Mas está metiendo en un lío a Cataluña y al resto de España, un lío que aumenta cada día que pasa y del que va a ser complicado salir. El acuerdo entre CiU y Esquerra para convertir a Artur Mas en President ha pasado por poner fecha a la celebración de un referéndum de autodeterminación, pero la ley no permite la celebración de ese referéndum. Es decir, que la única alternativa que tiene el nuevo tandem formado por CiU y Esquerra es una convocatoria ilegal con todo lo que eso representa.
El pacto entre CiU y Esquerra beneficia sobre todo a Esquerra, mientras que a CiU le va a alejar de su electorado tradicional
Es evidente que el pacto entre CiU y Esquerra beneficia sobre todo a Esquerra, mientras que a CiU le va a alejar de su electorado tradicional. Me pregunto a qué viene tanta desesperación en las filas de CiU como para llevarles a firmar un acuerdo con Esquerra que para ellos solo tiene inconvenientes. Sorprende que Artur Mas y los hombres de CiU estén dispuestos a pasar por alto las señales de alarma de las organizaciones empresariales de Cataluña, que ya han dejado claro que algunas de las políticas que van a derivarse del pacto van a ser contraproducentes.
La huida hacia adelante de Artur Mas, el que además aparezca como un rehén de la familia Pujol, que le mueven los hilos a su propia conveniencia y voluntad, le están convirtiendo en una figura política entre trágica e inconsistente. Desde luego, hay que lamentar que CiU que siempre había sido un partido con sentido del Estado y un elemento de estabilidad en la política nacional se esté convirtiendo en un elemento de desestabilización para Cataluña y España.
Pero si la figura de Mas está quedando malparada la de Duran LLeida no está mejor. El portavoz de CiU en el Congreso, que recordaba al mejor Miguel Roca de la Transición, de repente se ha revelado como irrelevante por su incapacidad para influir en la dirección de la coalición de la que forma parte. Si Mas es un rehén de Pujol, Duran parece serlo de Mas. Lo cierto es que cuesta comprender a Duran LLeida que no deja de decir que él no es independentista pero que defiende el derecho a decidir.
Así las cosas cabe preguntar ¿Quo Vadis CiU? pero sobre todo a dónde van a llevar a Cataluña.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Julia Navarro