Las aguas del PP de Madrid no bajan tranquilas. En las últimas horas se van conociendo hechos que algunos, como el caso Bárcenas, producen auténtica náusea y otros, cuando menos, perplejidad como es el asunto del ático de Nacho González, presidente de la Comunidad de Madrid. Este hecho, a diferencia del caso que afecta al extesorero del PP y, de momento, son solo informaciones periodísticas hasta que la justicia hable. Presumiendo la inocencia total de González una se pregunta si no había y hay pisos -bueno, pisazos- en Marbella para poder comprar como compra cualquiera que se puede permitir ese lujo; es decir, a una persona física con nombre y apellido o bien a una agencia inmobiliaria convencional y contrastada. ¿Por qué meterse en un follón pudiendo hacer las cosas bien? Esa es, de momento, mi gran duda.
La opinión pública se indigna y el Partido Popular está desolado
En lo que al extesorero del PP se refiere hay que decir que son palabras mayores, muy mayores y muy escandalosas. Aquí ya no cabe hablar de especulaciones. Es un hecho probado que este hombre tenia cuentas opacas, bien opacas, en Suiza a donde iba, según dijo, porque le gustaba el alpinismo. ¿Cabe mayor impostura? Aquí también la justicia tiene la última palabra.
Pero diga lo que diga la justicia, el escándalo está consumado y es muy difícil en una situación como la actual en la que cada día es más duro y difícil ganar un euro, la opinión pública entre en sutilezas. La opinión pública se indigna y en el caso que nos ocupa, el Partido Popular está desolado. Sin embargo, esto no le exime de asumir ante los ciudadanos que el que fuera su tesorero general desde el comienzo de los tiempos engañó a propios y ajenos. Deslizar sospechas sobre su financiación a raíz del asunto Bárcenas es claramente injusto, máxime cuando lo único seguro es que el señor Bárcenas no iba con un cartel publicitando sus cuentas opacas en Suiza.
En el PP de Madrid hay mucho ruido, demasiados protagonismos y falta de orden
En el PP de Madrid hay mucho ruido, demasiados protagonismos y falta de orden. Por desgracia, el ruido del PP en Madrid no agota los motivos de escándalo. Ahí está el asunto/s de los Pujol, ahí esta el caso Pallerolls, ahí esta ese alcalde socialista de Cataluña imputado por dar papeles fuera de regla a inmigrantes. Ahí esta todo un escaparate de casos, incluido el caso Urdangarin, el caso Matas, que degradan la democracia, que defraudan a los ciudadanos y que todos juntos contribuyen a esa especie de maleficio que se ha instalado según el cual «todos son iguales». Pues no. No todos son iguales. La inmensa mayoría no tiene cuentas en Suiza y las que tiene en España no son especialmente abultadas. La inmensa mayoría son gentes honradas por eso el foco hay que ponerlo en el punto justo y mantenerlo hasta que la verdad se sepa.
En medio de tanta desazón, de tanta perplejidad, un dato positivo: España es un Estado consolidado y sus instituciones funcionan. En este caso, la Justicia, aunque sea lenta, acaba llegando y cuando llega es imparable.
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Charo Zarzalejos