La política está bajo sospecha y, tal y cómo publicábamos ayer, especialmente y de forma insistente lo está el presidente de la Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre confió en un político controvertido para que la sucediera en la presidencia de la autonomía, pero entonces no dio valor a denuncias y acusaciones que se multiplicaban acerca de asuntos que afectaban a su delfín.
Ayer nos sorprendió contando una fabulosa historia sobre el exconsejero López Viejo y su rifirrafe para lograr su dimisión. Y se arrancó con una ocurrencia de noctambula: proponer un fiscal anticorrupción interno en los partidos y particularmente en el PP de Madrid, del cual ella es presidenta.
Aguirre se enfrenta a su propia hipocresía si ignora, una vez más, la reclamación social de transparencia y responsabilidad
ESTRELLA DIGITAL publica un reportaje acerca de algunas preguntas que Esperanza Aguirre debería contestar para que su credibilidad tuviera algún valor y para mejorar la calidad democrática del sistema, emponzoñada por muchos dirigentes y cargos públicos que han actuado a su sombra protectora.
La lideresa del PP madrileño se enfrenta a su propia hipocresía si ignora, una vez más, la reclamación social de transparencia y responsabilidad. Transparencia que no se puede solapar con la idea de prescripción que afecta al caso Fundescam, o mucho menos a supuestos chantajes internos que le hacía López Viejo para conservar su cargo y, sobre todo, por qué no acudió de inmediato a la Justicia para informar de tales encuentros. Y responsabilidad para asumir que durante su mandato como presidenta de la Comunidad y como líder del PP, la corrupción ha campado por sus respetos sin ningún control.
Y del mismo modo, Aguirre debe hacer uso de esa figura nueva que ahora propone para su partido asignándole la tarea de actuar de inmediato contra su heredero en el trono de la Puerta del Sol, y aclarar qué relaciones tiene este con empresas de paraísos fiscales – qué poco edificante autoridad moral la de un presidente que hace negocios con semejante gente – y qué hay de verdad en las denuncias que afectan a la confusa propiedad del piso tristemente famoso de Marbella que unas veces es alquilado y otras está en propiedad.
Si Aguirre quiere orden y limpieza que empiece por su contorno más inmediato y que lo haga asumiendo la verdadera responsabilidad que le afecta.
Editorial Estrella