Empezaré diciendo, como ya he dicho otras veces, que entiendo que exista una corriente de opinión en la sociedad española que culpe de todo a los políticos porque no hay día que no aparezca un escándalo de corrupción. Ahora ha sido Bárcenas, aquel que fuera tesorero del PP, aunque el tema es viejo. Pero hace unos días apareció la trama de las ITV del Clan Pujol, los ERE’s de la Junta de Andalucía, el caso Campeón, el caso Pallerols, el caso Liceo, el Gürtel o el caso Noos. Incluso, el de los 30.000 muertos que sus familiares seguían cobrando la ayuda que les proporcionaba la Ley de Dependencia que también es una forma de corrupción permitida. Demasiados casos. Con lo que entiendo que exista una corriente de opinión en contra de la clase política.
No se debe generalizar ya que no todos los políticos son corruptos
Pero también digo, como siempre, que no se debe generalizar ya que no todos los políticos son corruptos. La mayoría es honrada. Es cierto que hay corruptos, pero no se puede y no se debe tomar la parte por el todo, porque desprestigiar a la clase política en general es entrar en una peligrosa montaña rusa que se sabe cómo empieza pero no se sabe nunca cómo termina. La sociedad no puede subirse al carro de la moda anti políticos porque ese es el preludio de las dictaduras.
¿Qué se debe hacer para parar esta sangría de corrupción? Depurar responsabilidades. La democracia tiene armas para ello. Lo que no sé bien es por qué no se usan.
¿Son culpables de que no se depuren responsabilidades los fontaneros de los partidos políticos? ¿Sus líderes que no son líderes ya que todo lo más a que llegaron fue a ser sargentos de fontaneros? ¿Tiene la culpa la Justicia que no es independiente sino política y lo que suele hacer es retrasar la solución del caso de corrupción amparándose en unos procesos tan garantistas que rozan el absurdo? No lo sé. Creo que entre todos la mataron y ella sola se murió. Por eso entiendo, insisto, que millones de ciudadanos se escandalicen. Es más, mientras ellos se enfrentan como pueden a penalidades tremendas no hay semana en que no aparezca un nuevo escándalo de corrupción política en el que desaparecen millones de euros.
Para mí sólo hay una solución: un pacto contra la corrupción
Para mí sólo hay una solución: un pacto contra la corrupción. Un simple pacto que depende única y exclusivamente de la voluntad política del PP y del PSOE.
¿Y por qué no se llega a él? No lo sé tampoco. Pero posiblemente habría que buscar las causas en una de las preguntas anteriores. Porque no existen líderes políticos auténticos en España.
Porque, si los hubiera, ese pacto político contra la corrupción ya se hubiera plasmado en ley. Nada de acuerdos de buena voluntad. Que el pacto se refleje en una ley urgente que prive de derechos civiles y políticos a los sospechosos de corrupción y que se les juzgue lo más rápidamente posible. Si son inocentes que vuelvan a su puesto. Pero, si son culpables, que sean desposeídos de lo sustraído con rapidez y paguen su deuda con la sociedad en la cárcel… Y sin posibilidad de trucos rehabilitadores. Una ley que obligue. No se pueden eternizar.
Sólo así le verían las orejas al lobo. De lo contrario, el castigo social caerá sobre los grandes partidos antes o después. Especialmente, sobre el PP que es el que manda.
La Avispa
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La sonrisa de la avispa