Para que no haya dudas han dejado una nota y se han suicidado. 67 y 68 años son edades en las que difícilmente se pueden hacer nuevos planes cuando has perdido todo y te han quitado la vivienda.
Al horror de la pobreza, el espanto del abandono sin hogar. En España crece la miseria y se instala el mal de lo paupérrimo, que también existe. Un paisano de Basauri se ha arrancado la vida porque antes de que le quitaran la vivienda, había perdido el empleo y cualquier expectativa y, además, le habían cortado la luz y el agua, casi como escarnio.
Draghi se fue al mismo Congreso a hacer el ridículo a oscuras y a escondidas, ignorando el principio de transparencia que informa
Draghi, presidente del BCE, como si estuviéramos en una región administrada por la United Fruit Company, se fue al mismo Congreso a hacer el ridículo a oscuras y a escondidas, hablando en la intimidad, ignorando el principio de transparencia que informa, qué debería informar, perdón, la vida política española, y en esas circunstancias, el señor de los dineros europeos se ha escandalizado convenientemente con los datos de nuestra espantosa realidad.
Y con este panorama ¿Qué inspira a dedicarse a la política? En la España de hoy, la política no es asunto que produzca grandes satisfacciones a no ser, tal y como nos tememos, que estas se compensen con emolumentos cuantiosos en algunos casos, gastos pagados por otra parte o simplemente la seguridad de un empleo retribuido en una España en la que el trabajo es un bien escaso a punto de ser protegido por la ONU.
Ante esta perspectiva presuponer que quienes deben plantarse ante la muy poco convincente desolación de Draghi acerca de nuestra desafortunada tragedia nacional o hacer algo para evitar que los españoles se arrojen al vacío, estén dispuestos a la defensa moral de alguna idea discrepante de las políticas que nos arruinan, desangran y arrojan al abismo, es una quimera.
Hasta tal punto algunos están dispuestos a sellar su continuidad en el poder, tan supuestamente incómodo, que nos intentaban convencer hasta hace bien poco de que tal dedicación perjudicaba sus intereses económicos personales, muy distantes de cualquier sueldo de los de hoy en día, tanto como de la realidad de quienes al abrir sus grifos no ven salir el agua o de los que ante la fría tragedia de perderlo todo, abandonan sus vidas arruinadas al sonrojo de los que se sienten tan a gusto con el sacrificio que les supone la actividad política.
Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital
Rafael García Rico