Empezaré diciendo que soy usuario de Twitter. Me parece uno de los medios de comunicación más importantes del mundo. Lo tiene todo. Información, opinión y una capacidad de interacción tan increíble que algunos ni siquiera pudimos llegar a pensar hace años.
Twitter nos convierte a todos en periodistas o en comentaristas
No hace falta conectarse a nada. Basta con que lleves en el bolsillo un teléfono móvil o una tableta para, en cualquier momento, enterarse de lo que pasa en España o en el Mundo. Twitter nos convierte a todos en periodistas o en comentaristas. Y digo a todos. Es el campo de libertad más hermoso que existe. Es lo que siempre hemos deseado ser y tener. Y no hace falta tener muchos seguidores ni seguir a mucha gente. Sólo los justos. Solo los necesarios. Para que te informen. Para que conozcas sus opiniones. Y para comentar alguna cosa con tu círculo.
Pero, ay amigo, cuando se produce una noticia como la dimisión del Papa se pone en marcha una especie de primavera de trolls y de graciosos que salen de sus capullos y se lanzan a escribir payasadas. Y da lo mismo que lo que digan sea una estupidez. Y da lo mismo que lo que digan sea una muestra más de lo cretinos que son. Todo da igual. Twitter lo permite todo. Se hacen el gracioso sin serlo y rivalizan entre ellos a ver quien dice la parida mayor. Y faltan al respeto al Santo Padre. Y a la Iglesia. Incluso, al propio Dios de los cristianos porque les da la gana. Viva la impunidad. Viva el libertinaje. Evidenciando, como es natural, su incultura (ay, la incultura de España) y su mala educación. Pero eso sí, se consideran progres porque de progres es criticar a la Iglesia.
Gente que, después de machacar a la Iglesia, reclaman que se adapte a los tiempos
Y luego están los progres auténticos. Esa tropa que lo quiere copar todo porque se siente portadora de las esencias de la democracia. Gente que, después de machacar a la Iglesia, reclaman que se adapte a los tiempos modernos en un proselitismo laico que asusta. Pero, además, lo hacen todos. Incluso, esa izquierda que apoya a la dictadura castrista de Cuba, como Cayo Lara, que, desde su ignorancia y cortedad de luces dice que la Iglesia debe someterse a «un buen repaso por la democracia y la igualdad». Creo que no sabe de lo que habla. Hablar por hablar. Desconozco siquiera si tiene claro lo que es la democracia y la igualdad salvo, como se ha demostrado por activa y por pasiva, esa que defiende su ideología y que es, exactamente, lo contrario: opresión.
Y la verdad es que no entiendo el empeño progresista por cambiar a la Iglesia odiándola tanto. Claro que a ellos les molesta todo lo que no sea sometimiento a su ideología.
Y ya en el colmo de los colmos, dedican horas y horas a discutir si Benedicto XVI es ultra o progre, buscando, extrañamente el sexo de los ángeles. No les preocupa su preparación intelectual o que sea una de las mentes más importante del pensamiento europeo del último medio siglo. Eso a esta tropa, que no tiene más luces que la del tractor, les da igual. En fin… Una pena. La ignorancia siempre es atrevida.
Por supuesto, ninguno de los trolls, de los graciositos o de esta tropa progresista que siempre está dispuesta a darnos lecciones de todo, sería capaz de decir cualquier cosa parecida de Mahoma. Y todos sabemos por qué…
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La sonrisa de la avispa