Así podemos definir la situación que actualmente vive el líder de los socialistas. Nos podríamos basar en la película de Disney sobre el cuento de los hermanos Grimm, atribuyendo cada enanito a cada uno de los callos que le están saliendo al secretario general del PSOE. Desde Óscar López protagonizando a Mocoso, el alcalde de Ponferrada a Tímido (de forma totalmente irónica), Pepiño a Dormilón, Pere Navarro a Gruñón, a José Antonio Díez (secretario general de la Agrupación socialista de León ) a Sabio, Carlos Mulas a Feliz (y tan feliz que a la chita callando ahí sigue cobrando del FMI) y Chacón a Mudito, por aquello de que las mata callando o mejor dicho ‘absteniéndose’.
Y ya me fastidia personalizar a estos enanitos con tales elementos por razones personales. Pero cuando hablo de enanitos, en verdad no hablo de estos dulces personajes. Simplemente es una forma de aclarar la parte del circo que protagoniza nuestra política, esta vez con actores socialistas.
Los militantes dan la espalda a un Rubalcaba defenestrado por sus propios compañeros
Circo que ahora parecen querer cerrar sin muchas más explicaciones que las que exigen al líder ‘popular’ Mariano Rajoy. Ya sabemos que en esto de la política se lleva aquello de ‘consejos doy que para mí no quiero’ a la hora de hablar o de pedir dimisiones. Y si no, sólo tenemos que recordar las quejas de Alfredo Pérez Rubalcaba sobre los silencios de Rajoy, cuando delega en Cospedal los asuntos de partido y en Santamaría, los asuntos de Gobierno. Y ahora él sale casi por la puerta de atrás del Congreso enunciando: “Las preguntas a Elena” o “Elena os responderá”.
Así que en estas estamos. Tras las aguas torrenciales del PP, nos encontramos unas del PSOE turbias. En donde los militantes dan la espalda a un Rubalcaba defenestrado por sus propios compañeros y que actúan en solitario en aras de buscar el liderazgo fallido del actual líder socialista.
El mayor callo, circo o enanito, el de Pepiño, tras su minuto de gloria este martes en el Congreso. Parecía ansiar su minuto de protagonismo, porque hay que tener poca vergüenza para convocar una rueda de prensa para anunciar que no va a dimitir. Haciendo el ridículo y afirmando que este período le ha «servido para reflexionar la presunción de inocencia» y diciendo con toda tranquilidad «si una vez concluida la instrucción, el juez decidiera la apertura de un juicio oral, haré lo que debo hacer y en ese momento presentaré mi renuncia a mi escaño de diputado». Y se queda tan tranquilo.
Una cosa está clara. En el PSOE no se dan cuenta o no quieren darse cuenta de algún punto básico y bastante obvio. Nadie quiere a ningún político de la era Zapatero, pues son partícipes, protagonistas y culpables del desastre al que nos abocaron, y menos si son imputados, posibles corruptos y culpables de los cargos que les achacan.
Patricia Vico – en Twitter @pativico– Estrella Digital
Patricia Vico