Si alguien necesita referencias políticas y morales para tratar de entender su papel en la política, que mire hacia el sur, a Sudáfrica, allí está Madiba, Nelson Mandela, el hombre bueno sudafricano capaz de sacar del pozo de la historia a su país sin hacerlo caer ni en el odio ni en la confrontación civil.
La república sudafricana, es cierto, está sumida bajo el influjo del arribismo de muchos de sus colegas en el viejo CNA, y la corrupción se ha hecho fuerte en las estructuras del país: es un mal sistémico que corroe las instituciones que con tanta delicadeza puso en pie el viejo luchador antiapartheid.
La figura de Mandela se extiende por el planeta y se superpone a la medianería habitual en los despachos de gobierno
La figura de Mandela se extiende por el planeta y se superpone a la medianería habitual en los despachos de gobierno. Cualquiera de estos becarios que hay, por ejemplo, en la izquierda española, debería dedicar al menos un minuto cada día a tratar de aprehender la verdadera dimensión del liderazgo de su honestidad. Se evitarían tropiezos habituales en los pasillos y en las escaramuzas del poder -en sentido figurado, se entiende -, por pequeño y ruin que este sea.
La edad puede con todo, y la salud nos vence. Pero hay maneras ymaneras de acumular años: Madiba lo hizo con la tenaz resistencia de un hombre completo, hecho de sus convicciones y consciente del verdadero poder de las actitudes éticas en medio del pantano de la inmoralidad ajena.
Supongo que es difícil entenderlo para muchos de estos granujillas aposentados y que se fuman un puro con los ideales, las trayectorias difíciles de muchos y las convicciones de todos, pero sería bueno que alguno de los que aún conservan la integridad suficiente contribuyera a difundir el valor esencial de Mandela entre los hombres y mujeres de nuestro país, castigados por este absurdo esperpento en el que vivimos, desafectos de toda esperanza y condenados en vida a una muerte lenta de la razón por culpa de la maldad y la banalidad, repartidas en partes iguales, frente a frente.
Sería un orgullo elevar su figura y ensalzar su liderazgo. Algo así como reivindicar a los grandes clásicos de Grecia y a los más virtuosos de los que a lo largo de la historia de la humanidad se han puesto en pie contra la injusticia y a favor de la libertad; todo en una sola persona, en un solo hombre, en una sola historia. La de Madiba.
Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital
Rafael García Rico