El pasado 13 de abril de 2012 cambió el rumbo y la imagen de la monarquía española. Se trata de una fecha inolvidable para nuestro monarca. Recién acababa la Semana Santa del año pasado, nos enterábamos de que nuestro monarca se tenía que someter a la cuarta operación de cadera, tras, y con la que estaba cayendo, estar de cacería de elefantes en Botswana.
La operación quirúrgica y las fotografías de una web de safaris que se comenzaron a publicar de otros viajes de Don Juan Carlos en su periplos africanos, dieron paso a la que ya se conoce como ‘la maldición de Botswana’ y que ha recaído sobre el Rey, y en consecuencia sobre su familia.
La maldición de Botswana ha recaído sobre el Rey, y en consecuencia sobre su familia
Anteriormente, la Casa Real había salido relativamente indemne tras la imputación de Urdangarin en el ‘Caso Nóos’ en noviembre de 2011 y tras el posterior y mítico mensaje del Rey en Nochebuena con su ya famosa frase de «la Justicia es igual para todos», anunciando así que su yerno no tendría ningún favor ‘real’ por ser quién es y que se le juzgaría como a cualquier otro españolito de a pie.
Pero el mensaje del Rey fue en vano. Botswana se cargó toda posible directriz que se hubiera implantado desde La Zarzuela. Se abrió la veda (y nunca mejor dicho) y desde entonces a la monarquía no se les pasa ni una. La maldición había comenzado.
El nieto mayor del monarca sufría en abril de 2012 un accidente al dispararse una escopeta en el pie y se abría un debate sobre cómo un menor podía estar manipulando un arma de fuego.
Con la publicación de las fotografías de Botswana aparece la tercera en discordia, Corinna zu Sayn-Wittsgenstein-Sayn. Desde entonces su nombre lo hemos visto publicado por diversos motivos. Además de ser la acompañante en los safaris ‘reales’, ahora sabemos que Corinna ha realizado otros muchos viajes, según afirma ella misma, contratada por el Gobierno español. Por si fuera poco, en marzo conocíamos que ha vivido en una finca dentro de El Pardo con seguridad y vigilancia del CNIsegún confirmó el portavoz del Sindicato Independiente de la Policía Española). ( Y recientemente, aparecía en el sumario del ‘Caso Nóos’, al publicarse una serie de mails cruzados con Iñaki Urdangarin.
En enero de 2013, el diario El Mundo publicaba una encuesta sobre la popularidad de la monarquía con datos devastadores. El respaldo bajaba 6 puntos en un año, el rechazo a la Institución subía 8 puntos hasta el 41%. La imagen de don Juan Carlos caía 26 puntos; la del Príncipe sólo 7. Y un 45% se mostraba partidario de la abdicación en favor en su hijo y un 40% de que continuara reinando.
Mientras todo acontecía, la Casa Real, en un intento de relanzar su imagen cambiaba la web de La Zarzuela. El perfil de Urdangarin desaparecía y se destacaba por encima de todo a las tres figuras principales: Rey, heredero (Príncipe Felipe) y la heredera del heredero (Infanta Leonor). La representación ‘real’ en los actos oficiales se limitaba sólo a los Reyes y los Príncipes de Asturias, relevando a la grada de autoridades y fuera del púlpito, por ejemplo el 12 de octubre día de las Fuerzas Armadas, a una discreta Infanta Elena.
La semana pasada, saltaba a la luz los 375 millones de pesetas que heredó el monarca procedentes de una fortuna de 728 millones que Don Juan tenía en tres cuentas de Suiza y las posteriores peticiones de comparecencias de la oposición para que el Gobierno diera las explicaciones pertinentes.
Ahora más que nunca al Rey se le exige una austera ejemplaridad y lealtad a la Corona
Finalmente y por el momento, este miércoles el juez de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, imputaba a la Infanta Cristina en ‘Caso Nóos’, convirtiéndose en el primer miembro de la Familia Real imputado en un caso de corrupción. Hasta el 27 de abril no sabremos lo que la hija mediana del Rey testificará.
Fotos con elefantes muertos, Corinna,Iñaki Urdangarin, herencias en Suiza, encuestas y su hija… Lo que está claro es que Botswana y su maldición ha marcado un punto de inflexión para nuestro monarca, al que ahora más que nunca se le exige una austera ejemplaridad y lealtad a la Corona y a todo aquello que representa.
Patricia Vico – en Twitter @pativico– Estrella Digital
Patricia Vico