El famoso bunga-bunga, que tanto ha dado que hablar, puede acabar con la carrera política de Berlusconi. Ha sido declarado culpable de haber incitado a una menor a prostituirse, pagándole a cambio de sexo. Culpable de abuso de poder al haber presionado a unos funcionarios, cuando era primer ministro, para que dejaran en libertad a la chica, detenida por robo ante el temor de que pudiese irse la lengua. Por ello las tres magistradas del Tribunal Penal de Milán que le han juzgado, le han condenado a siete años de prisión, uno más de lo que pedía la fiscalía, y la prohibición de ocupar cargos públicos de por vida. Se ha considerado probado que Silvio Berlusconi pagó decenas de miles de euros a la joven marroquí Karima El Marough de 17 años conocida como Ruby rompe corazones por sus servicios sexuales, en la fiestas que organizaba en su famosa villa en Milán y también que cuando ésta se encontraba en la comisaría detenida por robar a su compañero de piso Il Cavaliere presionó a los funcionarios a fin de que la dejarán en libertad.
Berlusconi es una ofensa para las mujeres
Ya sabemos que la sentencia puede ser recurrida por Berlusconi, y que el poder de su dinero es mucho -como se ha demostrado durante todos los años que ha sido primer ministro- pero un personaje así ni es digno de haber estado, ni debería seguir en la primera línea política. Cualquier otro hubiera dimitido hace tiempo y la presión de la opinión pública le hubiera obligado no sólo a marcharse con oprobio y deshonor sino también a pedir perdón por cometer delitos tan repugnantes, cosa que ni ha hecho ni, al perecer, piensa hacer.
El personaje es una ofensa para las mujeres y no sólo por la forma obscena que tiene de entender su relación con ellas, sino porque además repugna ver, como su desenfreno sexual, no conoce límites, ni siquiera tratándose de una menor. Ayer al hilo de la sentencia, recordaban en algunos medios que el chiste favorito de Berlusconi alude aquella encuesta en que preguntan a la mujeres italianas si accederían acostarse con él. El 70% declara que si, y el 30% responde ¿otra vez?. Ese es el perfil de este tipo, que llego a decir que no le gustaba el culo de Ángela Merkel porque era mantequilloso e infollable y cuya bragueta le ha perdido. La pregunta es ¿Cómo ha podido salir una y otra vez elegido en las urnas? ¿Qué parte de responsabilidad tenemos los ciudadanos en que los políticos corruptos sigan en el marchito?. ¿Por qué si a nosotros se nos pide ser ejemplares no exigimos nosotros una conducta irreprochable en quienes se dedican a la cosa pública?. Lo cierto es que Berlusconi y otros muchos de su calaña han llegado a somatizar que tienen impunidad para hacer lo que les venga en gana y ! claro que lo hacen !.
Hasta ahora el italiano ha conseguido librarse de rendir cuentas por sus delitos, en muchos casos porque se ha demorado tanto su esclarecimiento que han prescrito, pero a partir de ahora lo va a tener más complicado. Esta acusado y condenado de fraude en caso Mediaset -aunque tiene recurrido- y tiene otros temas pendientes como la compra del banco Unipol o la sanción de 560 millones de euros a su grupo empresarial en la pugna por la editorial Mondadori. Cada vez esta más claro que el Rey del bunga-bunga puede acabar en la cárcel e inhabilitado de por vida, lo cual sería imprescindible para devolver la dignidad a la política italiana, hecha jirones desde hace demasiado tiempo.
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Esther Esteban