Versión A: los socialistas andaluces, siempre sacrificándose por su pueblo, tuvieron la mala suerte de que unos pocos malvados de tercera fila, montaran un entramado de corrupción despreciable, repartiéndose los cientos de millones de euros que tenían que ir destinados a los parados que tanto les votan, mientras Chaves explicaba a sus hijos que no nombraran el nombre del presidente en vano, y Griñán le daba clases de inglés a Susana y le obligaba a contemplar varias veces la película de Allen, «Toma el dinero y corre». Ahora bien, los que son unos sinvergüenzas son los del Partido Popular, que mandaban al recaudador Bárcenas a por la pastizarra para poder pagar pagas complementarias a los burócratas del partido y poder contratar la publicidad más cara en las campañas electorales.
Versión B: Los populares, siempre sacrificándose por el pueblo, le encargaron la tesorería a un tipo que tenía en las manos una sustancia pegajosa por la que se le adhería el dinero a las manos, y lo mandaba a Suiza, a su nombre, para no dejar huellas y, ahora, este presunto delincuente quiere acusar a los demás de cómplices, ¿pero quién va a creer a un delincuente? Los delincuentes de los ERE, en cambio, esos sí que dicen la verdad, y cuando acusan a Magdalena Álvarez de ser la diseñadora de la trama es porque quisieron saltarse las cautelas administrativas para manejar el fondo de reptiles y repartirlo entre familiares, amigos y simpatizantes.
Versión C: Diego Valderas no cometió nada ilegal, eso ocurrió hace 22 años, y lo importante no es que Diego Valderas comprara el piso de su vecino desahuciado en una subasta, a precio de ganga, sino que lo está haciendo para que los niños andaluces coman, que es que veo la preocupación que tiene Diego por los niños, y se me saltan las lágrimas.
(Tras la lectura, adivinen cuál es la versión de PSOE, del PP y de IU, y elijan la que más le agrade). Si tiene usted una versión propia, tenga cuidado: se está desviando del carril de quienes quieren que seamos bueyes obedientes.
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Luis del Val