La han cuidado como a Bale en el Madrid o Neymar en el Madrid. Sin prisa, pero sin pausa. Con mimos y cariño para ir dándola poco a poco minutos en pantalla. Ahora, al galés y al brasileño ya no hay quien les quite del once inicial y a Raquel Sánchez Silva, a este paso, no va a haber día en el que no la veamos en Telecinco. Vasile, que confía en ella tanto como Ancelotti o Martino en sus «cracks», quiere hacerla olvidar todas sus penas a base de trabajo.
Los «bolos veraniegos» que ha ido haciendo en su pretemporada particular (que si la presentación de una campaña de móviles, que si una gala de una revista…) han dado paso a programas ya concretos, como ‘Deja sitio para el postre’, junto al repostero Paco Torreblanca. Para calentar motores, Telecinco ha decidido incluirla en el próximo capítulo de ‘Aida’. Por oportunidades está claro que no va a ser.
Raquel se interpretará a sí misma, lo que sin duda es lo más fácil para todos los rostros televisivos. Bueno, más que a sí misma, y más sencillo todavía, a la presentadora de ‘Perdidos en la tribu’, espacio que intentará reclutar a una peculiar familia Colmenero. Por un día, y sin que sirva de precedente, Mauricio tendrá como mujer a Paz, como hijo a Jonathan y como madre a Eugenia. Casi nada.
Ese mismo fin de semana, la mujer del fallecido Mario Biondo habrá estado también currando en el participación en
el Mercado de Motores, donde tiene su propio puesto, para el que ha tenido que viajar recientemente a Tánger, junto a su amigo Pedro, pa ra pasear por el zoco de la ciudad con el fin de conseguir nuevas telas.Vamos, un sin vivir, un no parar para quizás no tener tiempo para pensar mucho en su marido y en su «peligrosa» familia, la misma que sigue empeñada en hacerla igual de culpable que Rosario Porto. Por ese motivo, por ejemplo, el próximo 16 de diciembre tendrá que viajar a Palermo (Sicilia) para conocer los datos del fiscal Francesco Messineo, ya que esa «familia», tras haber cerrado el caso la Justicia española, ha abierto una investigación en Italia, intentando esclarecer la muerte del cámara. Quizás busquen un «padrino» que les ayude.
La mosca de ajuste