La sorpresiva decisión del BCE de bajar los tipos de interés al mínimo histórico, 0,25 por ciento, pilló a los mercados por sorpresa. El IBEX hizo de todo esa jornada de jueves. Su curva fue un auténtico tobogán. La lectura última de la deflación hizo mella en los inversores. Nada pudo con ese sentimiento negativo. Ni siquiera las mejores notas con las que Fitch calificaba a algunas entidades y algunas Comunidades Autónomas. Los 10.000 puntos se le están resistiendo demasiado al selectivo español que se dejó en la semana casi un 1 por ciento. También la rentabilidad de la deuda a 10 años cerró por encima del 4 por ciento y la prima prácticamente en los 236. ¿Serán estas jornadas las previstas para una corrección después del rally de las últimas semanas? Vamos a ver. Si fuera así, muchos analistas por un IBEX en 10.500 antes del año nuevo.
Los 10.000 puntos se le están resistiendo demasiado al selectivo español
Durante la semana, desde luego, ha habido mejores noticias sobre la economía española y también buenas vibraciones de economistas y empresarios. No sólo del gobierno que por boca de sus ministros de Hacienda, Economía y Empleo han mostrado confianza que ya en los primeros meses de 2014 se genere empleo neto. Estamos mejor, no cabe duda. Pero hay que seguir por la senda de las reformas y sobre todo por la de la bajada de impuestos. De momento, Luis de Guindos, aunque no es de su competencia, adelantó hace unos días que el gobierno tiene claro que ya el año que viene va a bajar los impuestos a los ciudadanos. El ahorro en intereses de la deuda se acerca ya a los 9.000 millones, dinero que podría dedicarse a dar un respiro a los ciudadanos. Veremos en los próximos días si los mercados le dan la vuelta a la lectura que han realizado sobre la decisión del BCE y el gobierno responde a los ciudadanos con menos gasto inútil y más dinero en nuestros bolsillos.
Carmen Tomás