Es un gran presentador: pose de aventurero y perfil valleinclanesco. Me suena de algo y no se de que. Me lo confirma mi amigo: se llama Telmo, es carlista y se apellida de la Quadra Salcedo. Casi nada, acierto en mi intuición. Hemos llegado hace apenas diez minutos, intentando aparcar cerca de Atocha en un viernes accidentado en la carretera.
Vengo con amigos tras velada intensa de tertulia y familia numerosa a la presentación de una coalición diferente, unida por tres bloques que tienen un factor común: la visión católica, el toque cristiano que fluye desde en valores la concepción de la vida hasta una cierta idea del Estado. Quizá entre ambos polos todos son diferencias, no paran de insistirme , pero yo desde el exterior lo veo muy parecido.
Son nombres sugerentes: “Familia y Vida”, la “Comunión Tradicionalista Carlista” y “Alternativa Española”. Nombres de mucho peso que, en su coalición, se destilan bajo la fórmula atlética de «Impulso Social» para el asalto a Europa.
Son partidos pequeños, de los llamados «extraparlamentarios» por la gente técnica, «reaccionarios» por los de siempre o «friquis» desde el establishmen político medio burgués y prepotente de los consolidados en el negocio. En todo caso es la política humilde, de tíos preocupados y que portan mas ilusión y principios que medios.
Tras las palabras de bienvenida del gran Telmo. los tres grandes protagonistas salen hacia el estrado en paseíllo de aplausos ocupando tres sillas. Hace calor en la repleta sala coqueta, pequeña, tan alejada de los grandes escenarios de los grandes partidos, casi cinematográficos de color azul-disney con músicas a tiempo y coreografía de aplausos a destiempo entre risas forzadas. Nada de eso, aquí es casi como mi querido Hyde Park donde el orador casi se puede tocar por sus adeptos y charlar face to face.
Rubén Calvo lee con pausa y sentido desde «familia y vida», Javier Garisoain de la Comunión se levanta y hace un resumen de la situación y sus propuestas. Se ve enseguida que son amateurs en esto, no es una crítica desde luego, como he esbozado antes, estamos fuera del mercado político, fuera de horas de mítines, asesores, marketing y oratoria de los profesionales de la política.
López Diéguez de AES, en último turno, tiene más tablas, se nota. Desde su experiencia profesional y política (único partido extraparlamentario que intervino en el Plenario) de pie y sin texto resume un programa de estado y vida y nos hace partícipe de la experiencia personal de lo que es eso llamado Europa. La inmensa maquinaria duplicada y burocrática llamada Europa que se teje en el mundo es objeto de crítica devastadora – personalmente comparto cada verdad de Diéguez porque lo he visto – De la original CEE y el mercado común hacia el super-mundo burocrático que absorbe la soberanía de estados miembros que, a su vez, van delegando dócilmente su personalidad, hay un trecho. Le escucha atentamente un Tory en las primeras filas y arranca los aplausos del auditorio.
El acto va concluyendo y Telmo vuelve a salir para despedirse como español y carlista que se representa a sí mismo. Es la otra política, la del fuera de juego, la que no cabe en el gran esquema mediático y cuyo discurso mas lleno de ilusión y principios que de pragmatismo, en el fondo apela a algo que, en mi opinión, no existe en España: el voto católico. Creo que les hace falta un líder y mas grupos, no dicen nada raro que una gran parte de España pueda rechazar, es tema de unir el principio con la praxis para no caer, como me dice mi hermano en ese “esfuerzo inútil que conduce a la melancolía” en palabras de Ortega.
Salimos, nos saludamos, veo que se conocen casi todos. Nada mas pasar el umbral de la puerta vemos es carnaval en España, la metáfora y la realidad se juntan en el inicio del finde. Hace frio y me voy de camino a casa parando a tomar un chisme en algún garito de la zona.
J.M. Novoa