Tengo que reconocer que cuando era niño y veía los telediarios me impresionaban las imágenes que provenían de Moscú, en las que se podía contemplar a los altos mandatarios y dirigentes militares de la extinta Unión Soviética predicar las «bienaventuranzas» del sistema comunista, cargados de medallas en las solapas, con más peso en algunos casos que las armaduras de algunos caballeros medievales. Y tengo que reconocer también que me encantaba ver los triunfos de los deportistas soviéticos en los diferentes Juegos Olímpicos, con el fin de que interpretasen el himno soviético, majestuoso y solemne como debe ser un himno nacional que se precie de una gran nación. Afortunadamente para los forofos de escuchar ese himno, los rusos tras la caída del imperio soviético, han mantenido la música cambiando la letra.
Pero en nuestra Unión Europea los llamados nuevos comunistas también se han quedado en muchos quehaceres de su vida política con la misma música cambiando la letra. Es decir, continúan con el mismo o parecido continente, cambiando el contenido.
Y lo digo porque sólo hay que ver cómo se han ajustado a los nuevos tiempos, por poner un ejemplo, colegas eurodiputadas comunistas de varios países de la Unión Europea, que llevan como accesorios personales bolsos de Loewe, Louise Vuitton o Gucci. Pero no vayan a creer ustedes que buenas falsificaciones asiáticas, sino modelos auténticos comprados en las tiendas oficiales de las carísimas marcas situadas en las millas de oro de las diferentes capitales europeas.
Nos preguntamos cómo puede haber gente que defienda todavía ese modelo político
Pero a renglón siguiente, cuando a todos ellos les da el aire izquierdista progre comunista, les sale esa vena de la añoranza del muro de Berlín, las purgas de Stalin y la momia de Lenin. Y dan lecciones de igualdad proletaria exigiendo por ejemplo en la Eurocámara, que los diputados no viajen en business. Como lo bueno es predicar con el ejemplo, a la semana siguiente de aquello aparece la foto en un rotativo portugués del mismísimo diputado comunista de ese país que presentó esa moción, durmiendo placenteramente en un butacón de primera clase de las líneas aéreas portuguesas.
A mí eso de defender a los Castro, a los bolivarianos y al modelo de Corea del Norte por parte de las huestes eurocomunistas me parecería fantástico si se pasasen una temporada por allí, privados de libertad y sin suficientes recursos económicos. Y que al volver a sus países originarios, tan capitalistas y con tanto sabor azufre por parte de sus dirigentes, según ellos, mantuviesen ese espíritu del reparto comunista siendo de esta manera coherentes con sus varias casas, fincas y propiedades. Que tenerlas, vaya que si las tienen las nuevas hornadas de dirigentes de la hoz y el martillo.
Les puedo asegurar que a los que llevamos un tiempo en el Parlamento Europeo y escuchamos los comentarios de los colegas eurodiputados de países del este de la Unión Europea que nos trasladan las barbaridades y tragedias que vivieron durante decenas de años bajo el yugo comunista, todavía se nos siguen poniendo los pelos de punta por lo escuchado en esos relatos, y nos preguntamos cómo puede haber gente que defienda todavía ese modelo político y quiera volver a esos tiempos horribles y oscuros de la historia de nuestro continente, que sólo nos trasladarían a la desestabilización.
Los comunistas que lidera Cayo Lara de IU han anunciado dentro de sus ocurrencias que van a poyar un referéndum en Cataluña
Lamentablemente, como ya sabemos, en España, los comunistas que lidera Cayo Lara de Izquierda Unida –algunos de ellos “ilustres» defensores de saqueos a fincas y supermercados encabezados por el alcalde de Marinaleda– siguen apuntándose también al carro de la desestabilización y han anunciado dentro de sus ocurrencias que van a apoyar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Para de esa manera, según ellos, no desautorizar a su marca electoral catalana de Iniciativa, que junto a los nacionalistas independentistas catalanes está al frente del intento de fractura y de ruptura de nuestra nación.
Pero rizando el rizo, al mismo tiempo dicen que apoyar el referéndum secesionista catalán no significa secundarlo, demostrando que las obligaciones que deberían tener como partido de ámbito nacional las omiten y olvidan, porque en su foro interno, su ideario es que cuanto peor vayan las cosas, mejor para ellos.
Por todo ello la reflexión que deberíamos hacernos es que es increíble que un partido de ámbito nacional apoye un referéndum prohibido e inconstitucional cuyo objetivo sea destruir y destrozar la unidad de España. Y debemos instarles inmediatamente desde todas las instancias nacionales a reflexionar y rectificar este disparate que están realizando actualmente.
Me da la sensación de que no han aprendido de sus propios errores, ya que en el País Vasco fueron precisamente los comunistas de Izquierda Unida, en tiempos de Madrazo, los tontos útiles de las pretensiones separatistas de Ibarretxe y los nacionalistas vascos. Y así les fue, que perdieron toda representación en el Parlamento vasco y el partido a día de hoy está roto y dividido por la mitad en tierras vascas.
Tantas incoherencias e irresponsabilidades por parte de los dirigentes comunistas de nuestro país ponen en peligro modelos de convivencia de los que ellos tanto y tanto se han aprovechado y beneficiado desde la transición. Además de embarcarnos en posibles rupturas y fracturas sociales dirigidas a aventuras peligrosísimas a ninguna parte, o mejor dicho, a romper una nación.
Que lo tengan en cuenta.
Carlos Iturgaiz