sábado, noviembre 23, 2024
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El viaje de Chihiro, ¡viva el anime!

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Se acaba de estrenar 'El viento se levanta', la última película de Hayao Miyazaki, el director de anime japonés presente como un espectro en el salón de casa desde que éramos niños con series como Heidi, Marco o Sherlock Holmes. Creo que es el mejor momento para recomendar una de sus grandes obras: 'El viaje de Chihiro'.

Para quien no la haya visto, con el marchamo de calidad de un Oscar a la mejor película de animación, es un gran ejemplo del riquísimo mundo de la animación y de la animación japonesa en especial. Podría decirse que el anime son los dibujos animados para los niños que por edad ya son adultos, pero es un género tan amplio que sería un buen titular completamente vacío.

'El viaje de Chihiro' es una historia fantástica de una niña que acaba trabajando en una casa de baños tradicional japonesa para los dioses que por allí quieran aparecer. El planteamiento parece loco pero el desarrollo de la historia es tan progresivo, es tan natural y se explica de una manera tan ágil que el verdadero viaje es el que nosotros mismos hacemos.

La película comienza dentro de un coche. El uso del espacio reducido, la posición de la cámara, el detalle en el trazo y la capacidad de movimiento de los objetos nos descubre una nueva dimensión de una simple conversación. La experiencia de velocidad y dinamismo se extiende mucho más allá de lo que estamos acostumbrados a ver en una película común. Según avanza la historia el mundo mágico se va transmitiendo con pequeñas licencias de la técnica, ya que los diseños son realistas pero con manga ancha: nos encontraremos proporciones imposibles, acciones que rebasan la lógica física, carreras que parecen a la velocidad de la luz, y un sinfín de detalles que nos sorprenden una y otra vez hasta el último plano.

Se abren las puertas del primer frame y descubrimos que los personajes son una suerte de zoológico de lo imposible. Desde una niña normal hasta dioses, personas bestializadas y animales personificados, sombras fantasmales e ilustraciones para niños con brazos y piernas. Todos van avanzando en una trama que se basa en la sencillez de una protagonista que tiene que superar obstáculos, a veces sólo para sobrevivir, hasta el final de su historia, y todos y cada uno tienen una personalidad marcada en cada frase, en cada movimiento, en cada caída de ojos. No son personajes secundarios, es una película coral de animación.

La banda sonora te lleva de la mano, te arrastra del brazo, te empuja y a veces te mece. Es una sensación casi mágica ya que una secuencia estática la convierte en dinámica, un bajón lo sostiene por sí misma, y la tensión la anticipa y la acentúa. Al principio, cuando todavía no se sabe nada, no parece que ocurra nada, nos estamos adaptando al formato del anime y la protagonista es una niñita del otro lado del mundo, la música hace de padre que nos dice “sigue viéndola, merece la pena”.

Para los que disfruten con un cine distinto 'El viaje de Chihiro' es una manera sencilla de introducirse en este género. Para los que lo hayan descubierto hace años se admiten sugerencias para próximas recomendaciones.

Nacho Clemente

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