La sombra de Zapatero es alargada. Algunas de las arbitrariedades que llevó al BOE salen de nuevo a escena complicando la vida a propios y extraños. Es el caso de nueve canales de TDT que en cumplimiento de una sentencia judicial deben cerrar sus emisiones. Algunos ya han dejado de emitir, el resto se irá a «negro» dentro de unas horas. Cierran cumpliendo una sentencia del Tribunal Supremo que rectifica lo que a todas luces fue una arbitrariedad del último Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero. Resulta que a mediados del mes de julio de 2010 -dos meses y medio después de la entrada en vigor la Ley General de la Comunicación Audiovisual, que establece que las licencias de televisión han de otorgarse mediante concurso público- decidió «graciosamente» repartir esos nueve canales adjudicándolos a diferentes empresas privadas del sector. Algunas ya veteranas (Antena 3, Tele 5) y otras de nueva más reciente creación: La Sexta, Cuatro, Veo TV o Net TV.
Cuando al calor de las posibilidades que introducía el progreso tecnológico que propició el «apagón analógico» -en el espacio radioeléctrico que «enruta» un canal convencional pueden viajar cuatro digitales- se improvisaron esta y otras decisiones. Algunas llamadas a favorecer a nuevos amigos y a inopinados compañeros de viaje. El Gobierno actual (Rajoy) no tiene otro margen ni otra intención que cumplir la sentencia. Las empresas perjudicadas tienen intención de reclamar una indemnización. Les asiste el derecho. Lo malo es que si la reclamación prospera, el dinero saldrá del erario. Es decir de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Al ciudadano Rodríguez Zapatero ni un euro le será detraído de su salario vitalicio. España no es Islandia y aquí, con pasar a la oposición, asunto arreglado y las reclamaciones al maestro armero.
Fermín Bocos