No ha batido ningún récord, pero casi. Xbox One pasará a partir del próximo mes de junio a ser una de las consolas que más rápido alcanza su primera rebaja oficial. Tras los 80 euros “perdidos” por Nintendo 3DS en sus primeros seis meses de vida y los 200 de PlayStation 3 en un año, la nueva consola de Microsoft pasará a costar 100 euros menos de manera inminente con la intención de equipararse a PlayStation 4 y acabar con una de las grandes bazas de la estrategia de ventas de ésta, el precio.
Lo hará, eso sí, sin Kinect, su polémico sensor de movimiento. Tras ser tildado por la propia compañía de imprescindible y ser presentado como una pieza indispensable de la consola y de los planes de futuro de la misma, la cámara de la marca Xbox pasará a venderse por separado para posibilitar semejante rebaja. Microsoft parece rendirse con su apuesta e ir a centrarse en el mercado tradicional y los jugadores de toda la vida.
Cabría decir que bienvenido sea, pues indudablemente es un buen movimiento que impulsará las ventas de la plataforma, y son los consumidores los que deberían haber decidido en todo momento si les interesaba la propuesta de Kinect, pero la sensación de ir por la generación dando bandazos empieza a generar cierta desconfianza en la compañía de Redmond. No es la primera vez que Microsoft dice, los usuarios creen y luego las declaraciones cambian por completo en cuestión de meses.
A pesar de ello el cambio parece deberse una vez más al cambio de directiva llevado a cabo por la empresa en los últimos meses, que ha supuesto la marcha de Don Mattrick, sustituido por un Phil Spencer que escuchando el feedback ha logrando generar lo impensable, sensaciones esperanzadoras de cara al próximo E3. Al anuncio de la rebaja se le han sumado los de los primeros títulos del esperado servicio Games with Gold (que “regalará” dos juegos al mes a los poseedores de una cuenta con Gold en la consola), los primeros datos oficiales de 'Halo', saga por excelencia de la marca, y el retirar cualquier tipo de restricción a los que no fueran Gold por usar aplicaciones.
Quién sabe, quizás desenterrar los cartuchos de 'ET' era una mera estrategia con la que ganar un simbólico espacio en el que sepultar Kinect…
David Arroyo