La visita de Lilian Tintori a Madrid, la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López, ha reactivado la presencia momentánea de Venezuela en los medios de comunicación del país europeo. Ante el cerco informativo de la hegemonía comunicacional del gobierno de Nicolás Maduro, la oposición tiene que mirar hacia los medios internacionales para que la tragedia del militarismo chavista no desaparezca de la agenda global.
El discurso de la Tintori fue homogéneo, con un hilo de argumentos y ejemplos claves que ilustran la cotidianidad de la gente en Venezuela: filas larguísimas frente a los mercados para comprar papel higiénico, escasez de productos, hospitales en quiebra, pánico por el hampa que se ha adueñado de los espacios públicos y una inflación amenazante que devora el presupuesto de las familias. Pero también habló de su marido, Leopoldo López, encarcelado en una prisión militar, del aislamiento al que está sometido; denunció la violación de los Derechos Humanos, la represión, las persecuciones políticas y la criminalización de las protestas de los estudiantes a quienes el aparato de propaganda llama “terroristas”.
La gira por Europa de la mujer de uno de los dirigentes de oposición más importantes ocurre en un momento comunicacional oportuno. Venezuela no es el tema favorito de la prensa en Europa, quizá por causas de intereses económicos con el país petrolero, porque Ucrania es el punto focal geopolítico más relevante o porque no se entiende muy bien qué modelo de gobierno es ése que acopla elecciones democráticas al paroxismo militar y la deriva totalitaria.
La tragedia que sufren los venezolanos es grave para los europeos dependiendo de contra qué se la esté comparando
Para los venezolanos está muy claro que es lo que ocurre en su país: hay una dictadura castrocomunista. Mas no así para el público europeo, que si de algo sabe es de dictaduras, guerras y genocidios. La tragedia que sufren los venezolanos es grave para los europeos dependiendo de contra qué se la esté comparando.
Uno de los enigmas más grandes que tiene la gente en Europa, ha dicho el sociólogo venezolano Tulio Hernández, es por qué si los resultados del chavismo han sido tan deficitarios aún persiste el apoyo popular al gobierno. En una conferencia que ha dado recientemente en la Universidad Complutense de Madrid, ha aclarado que el chavismo ahora es minoría aunque siga detentando el poder y es esto lo que complica el tablero.
Los conceptos de la vieja teoría política y la dicotomía entre democracia y dictadura, no brindan un soporte para describir el perfil exacto de un modelo inédito que Hernández llama “neoautoritarismo”. En Venezuela hay una democracia con partidos políticos plurales en donde el chavismo ha ganado 18 elecciones en 15 años, eso aleja al modelo de las macabras dictaduras militares sudamericanas y por ello “todas las violaciones asistemáticas del proyecto bolivariano a la Constitución son vistas con cierta justificación”. Mientras el criterio de valoración sigan siendo los fenecidos regímenes militares de América del Sur, y mientras se siga creyendo que una democracia existe porque se hacen elecciones, Europa jamás entenderá ese neoautoritarismo en la era de Internet.
Noé Pernía