Señora Valenciano:
En los últimos días usted se ha lanzado a hacer determinadas acusaciones que solo pretenden ocultar su falta de proyecto para Europa.
Usted finge enarbolar la bandera de la mujer cuando es en su propio Partido, el Partido Socialista, en el que hay razones varias y muy graves que no han resuelto y esconden. El PSOE es el único partido que en una de sus federaciones mantiene como presidente a un hombre condenado por violencia de género –el señor Eguiguren- sin que ningún dirigente socialista haya levantado la voz ni mucho menos recriminado este deleznable hecho. A usted, que se rasga las vestiduras por un comentario desafortunado, nadie le ha oído nunca una sola palabra de condena al respecto. ¿No le parece que maneja un doble rasero? Ni a usted, ni al número dos de su candidatura, que tan bien conoce el caso en el que tuvo alguna intervención bastante poco edificante. ¿No tienen nada que decir ni usted, cabeza de lista, ni su número dos? ¿Qué pensaran de ello las mujeres? Deje de recurrir al machismo, que dudo mucho les preocupe tanto, ni a usted ni al señor Jáuregui.
El PSOE es el único partido que en una de sus federaciones mantiene como presidente a un hombre condenado por violencia de género
No es una cuestión de género que usted mintiera en su currículum. El que usted haya tenido una vida sin dificultades, que sus padres le hayan podido costear el elitista Liceo Francés y estudios en Inglaterra para aprender lenguas, el hecho de que, pese de que dijo lo contrario, no haya sido capaz de terminar sus estudios universitarios, demuestra simplemente que ante determinadas pruebas objetivas de la vida usted no ha sabido superarlas. Eso no es una cuestión de género. Si usted mintió en su tarjeta de presentación, que es su currículum, ¿por qué vamos a creer que no miente en lo demás? El que no tenga usted proyecto para Europa no es una cuestión de género. El que destruyeran más de 3.000.000 de empleos durante el último gobierno socialista no es una cuestión de género, aunque las más perjudicadas hayan sido las mujeres. No es una cuestión de género el que usted condene una mala frase y perdone a un condenado. Es una cuestión de ética y moral, algo en lo que, perdóneme, creo que también le hace falta terminar sus estudios.
En todo caso, si tanto le preocupa el machismo, como líder de izquierdas que es podría preocuparse en renovar la izquierda de Getafe, la más repugnantemente homófoba de España.
Juan Soler