Un día. Ese es el tiempo que tardó en revivir el online de DS y Wii tras el “apagón” de Nintendo. La compañía nipona tenía la intención de poner esta semana el punto final al servicio 'Conexión Wi-Fi' que ofrecía en ambas consolas, dejando así inservibles las características multijugador de todos los títulos de su catálogo que tuvieran alguna. El motivo, un recorte en el presupuesto dedicado a consolas cuyo ciclo se consideraba “ya cumplido”. Hay que entenderlo, tras alrededor de 200 millones de consolas vendidas, 800 millones de juegos después, y con comunidades en activo como la de 'Mario Kart', aún con miles de usuarios participando a diario, a la empresa debe ser que no le llega para mantener unos miseros servidores.
Ironías aparte, las etiquetas con fecha de caducidad o consumo preferente en el mundo del videojuego vuelven a estar a la orden del día. El cierre de servicios online impedirá a partir de esta semana disfrutar a todos los nuevos compradores de Wii, DS o títulos para ellas, de la modalidad online de las dos máquinas y bajar cualquier tipo de contenido descargable, desde ampliaciones y expansiones a parches y actualizaciones destinadas a corregir graves errores en la experiencia ofrecida por los juegos. Vamos, lo que viene siendo un ligero empujoncito a estos nuevos compradores para que se decanten por dar el salto a Wii U y Nintendo 3DS.
Con lo que la gran N no contaba es con los preparativos que lleva haciendo desde hace días la comunidad homebrew de cara al abandono de la compañía. Entusiastas del código publicaron en poco más de 24 horas un emulador de servidores para dichas plataformas que ya ha devuelto la funcionalidad online a nombres como 'Mario Kart DS', 'Metroid Prime: Hunters' o 'Endless Ocean'. Asimismo en estos servidores (privados) ya se pueden encontrar hasta los contenidos extra que había ido colgando Nintendo en los últimos años para, entre otros, 'El Profesor Layton' e 'Inazuma Eleven'. Y las listas de contenidos y títulos compatibles aumenta día tras día.
Lo más curioso del caso son las fechas en las que se ha producido el cierre de servidores y la aplicación por parte de la comunidad de la llamada justicia divina. Una serie de días en los que Wii U ha visto peligrar aún más su frágil posición en ventas con los rumores acerca de su sorteada seguridad, que parecía haber dejado ya el futuro de la nueva consola en manos de la piratería. La estrategia de Nintendo de olvidar a sus consumidores menos afianzados económicamente, y dar de paso portazo a la lealtad si ésta (como su Wii) tiene poco más ocho años de antigüedad, no ha sido bien recibida entre los inversores y, por supuesto, el público. Este último ya se pregunta cuanto tiempo podrá disfrutar de todas las funciones de la consola de manera “legal” una vez se decidan a adquirirla.
No han lanzado un manuscrito con Mario en la portada que hiciera apología de la piratería, pero poco les ha faltado…
David Arroyo