domingo, noviembre 24, 2024
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OTAN sí; TNP también

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El pasado mes de abril las Islas Marshall acudieron al Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) acusando a los nueve países con armamento nuclear de no cumplir los compromisos del Tratado de No Proliferación de Armamento Nuclear (TNP). De estos nueve son miembros del TNP: China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia. No lo son: Corea del Norte, India, Israel y Pakistán. Las Islas Marshall son un pequeño archipiélago perdido en el Pacífico donde los EEUU realizaron pruebas nucleares entre 1945 y 1958. Francia las hizo en el Sahara, el Reino Unido en Australia y China y Rusia en Asia central. En materia de seguridad estratégica en el mundo cuentan tanto las defensas y los pactos político-militares como, asimismo, los acuerdos de desarme; de reducción, limitación o control de armamentos; y de medidas de confianza. España es parte de dos de ellos (entre otros muchos): uno de defensa, la OTAN y otro que afecta a las reducciones del armamento nuclear, el TNP.

España ingresó en la OTAN en 1982. Leopoldo Calvo Sotelo puso en marcha el proceso de adhesión tras asumir la Presidencia del Gobierno después del fallido golpe de Estado del «23 F» en 1981. La explicación en la calle fue que a los militares había que darles un hueso para roer para que se dedicasen estrictamente a lo suyo. Pero era una realidad que la España democrática, rumbo a la Unión Europea, debía y le convenía incorporarse a la Alianza Atlántica que permitía contrarrestar la amenaza soviética a la Europa occidental.

Era una realidad que la España democrática, rumbo a la Unión Europea, debía y le convenía incorporarse a la Alianza Atlántica

El líder del PSOE, Felipe González, entonces en la oposición, prometió que sería el propio pueblo español el que decidiría directamente esta cuestión. Se interpretó por muchos que convocaría un referéndum para marcharse pero la promesa de González era solo para decidir qué hacer. En cuanto a la realidad y a la oportunidad histórica, ambas fueron tozudamente por su propio camino. En efecto, cuando Gonzalez tomó las riendas del gobierno, en diciembre de 1982, España ya era miembro de la OTAN y, como se decía popularmente, “no era lo mismo no casarse que divorciarse”. El eslogan de la campaña del PSOE antes del ingreso había sido «OTAN, de entrada No» e iba camino de añadir una coletilla: «…. y de salida tampoco».

González utilizó esta situación con inteligencia. A los líderes europeos, socialistas incluidos, que le pedían que España no abandonara la OTAN, defensora de las libertades y de la Unión Europea, se les dijo que si deseaban que España permaneciese en la Alianza era necesario que España ingresara antes en esa Unión Europea. Así fue. En junio de 1985 se firmó el Acta de Adhesión de España, dando así fin a una muy larga y complicada negociación. En marzo de 1986 González gano el referéndum de permanencia en la OTAN.

El TNP entró en vigor en 1970 y fue prorrogado indefinidamente en 1995. España no era aún parte del mismo en 1986. Algunos afirmaban que era un «Tratado desigual» al consagrar el mantenimiento de unas potencias con armamento nuclear. A cambio de la renuncia a las armas nucleares por parte de los demás firmantes, los nucleares se comprometieron a negociar la desaparición futura de los arsenales nucleares y a trasferir sus conocimientos para el uso civil de la energía atómica.

En Gobierno de González inició los trámites de adhesión tras el referéndum de la OTAN y en 1987 España se adhirió al TNP

En Gobierno de González inició los trámites de adhesión tras el referéndum de la OTAN y en 1987 España se adhirió al TNP. España renunció así a la hipotética posibilidad de tener armas nucleares siguiendo en esto a todos los países que optaron por priorizar la no proliferación de estos armamentos por el planeta. La adhesión de España tendría un cierto efecto ejemplar porque luego otros países también se unieron al TNP, entre ellos la vecina Argelia. China y Francia lo hicieron en 1992. La decisión de adherirse al TNP se tomó siendo Ministro de Exteriores Francisco Fernández Ordoñez, y el que suscribe tuvo la satisfacción de estar en la gestación de esta decisión.

Ahora los jueces del TIJ tendrán que ver que hacen con la demanda de las Islas Marshall. Antes y después del final de la Guerra Fría han tenido lugar importantes reducciones de arsenales nucleares pero en 1996 ese mismo Tribunal ya advirtió que no era suficiente. En 2015 tendrá lugar una de las quinquenales Conferencias de Revisión del TNP y todo ello debería influenciar en la misma para reforzar al TNP, considerado como la “clave de bóveda” del desarme. Por lo que se refiere a los desafíos actuales de la OTAN, podría interesar al lector el artículo de Carlos Penedo “La OTAN se acelera” del miércoles pasado en esta misma Estrella Digital.

 

Carlos Miranda es embajador de España

Carlos Miranda

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