Ni los madridistas que todavía festejan, dos días después, la tan ansiada décima Copa de Europa, están en estos momentos tan felices como Amador Mohedano. Lo de los primeros era una meta mil veces soñada en los últimos doce años. Lo del segundo era una utopía que ni en el mejor de sus sueños podría haber aspirado lograr.
Tener a los 60 años sexo gratis con una modelo de 26 años es algo que sólo ocurre en las películas o en la mansión «Playboy». El hermano de Rocío Jurado está desde el viernes dando palmas con las orejas cuando se enteró de que Viviana Figueredo aseguraba que «Amador me atrae sexualmente» y que en las próximas semanas mantendrá sexo con él.
La primitiva, el cupón de la Once, la bonoloto, la quíntuple-gemela del hipódromo, la lotería y los quince de la quiniela. Es como si le hubieran tocado todas a la vez. Por mucho montaje que sea, que luego le quiten lo bailao, o, como sería más propio en este caso, lo «follao».
Amador, que no hace el «tiritititi» de Mauricio Colmenero por no tener que moverse o elevar muy alto los brazos, está desde el viernes celebrándolo con su amigo «barrilete» que fue a buscarle a Honduras, y documentándose de cómo poder aguantar una hora con una mujer así. Eso sí, cualquier ayuda le viene bien siempre y cuando no sea lo de hacer flexiones, no beber ni comer nada en una semana o tragarse una caja entera de viagras llegado el momento.
Lo único que le preocupa es que, una vez descubierta la otrora profesión de la paraguaya, ya saben, la «más antigua del mundo», al final le termine pasando en la cama una nota con la cuenta, dado que él no puede darle ningún cargo vitalicio como ella ya le pidió en su día al expresidente de su país, Fernando Lugo.
Supongo que el final ella se conformaría con que le siguiera el juego unas semanitas, haciéndose pasar por su pareja con el fin de poder pasar un verano con más «bolos» que David Bisbal. Aunque no cobre al principio, el «polvete» que le eche a Amador, si es que éste no «consuma» en cuanto la moza se le quede delante en pelota picada, puede ser el más rentable de su vida.
La chica, que no parece muy cuerda desde el momento en el que va diciendo que se ha sentido discriminada en el concurso por ser paraguaya, como si sus compatriotas fueran Artur Mas y sus «soberanos» compañeros de ideales, terminará pidiendo la nacionalidad española después de hacerse rica a nuestra costa.
Entre lo que saque de su «flirteo» con Amador en su tourne por los platos televisivos, lo que la den en alguna revista por salir en pelota picada, algo que ella domina como pocas, lo que consiga por acudir a ciertos actos publicitarios, y las «proposiciones indecentes» que decida aceptar, la chica va a terminar con más patrimonio que el de la mismísima Rocío Jurado. Cosas de la silicona.
La mosca