domingo, noviembre 24, 2024
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La advertencia ya es amenaza: el castigo a los grandes partidos

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Tanto Arias Cañete como Elena Valenciano llevaban en sus adentros, un halo de frustración que se reflejaba en sus caras. No era para menos. Perder cinco millones de votos, entre el Partido Popular y el Partido Socialista no es un asunto menor y, menos en un país donde la tradición del voto ortodoxo – especialmente de la derecha – es un credo.

Pero estos dos partidos se desvanecieron como un castillo de naipes. La advertencia se convirtió en amenaza y ésta en castigo. El hartazgo, el cansancio de la ciudadanía ha podido con la prepotencia de dos fuerzas políticas que sólo sabían mirarse el ombligo y que dieron la imagen de una enorme distancia con el ciudadano.

Claro que el trasvase de votos ha ido a partidos no convencionales, gracias entre otras cosas a la fuerza de las redes sociales. La realidad de hoy es que se imponen de manera absoluta.

Por eso, tampoco es de extrañar que Pablo Iglesias con Podemos, se haya convertido en la cuarta fuerza, tras Izquierda Unida. Es ahí, fundamentalmente donde ha ido el descontento de parte de la población que ha votado a esta fuerza política poco convencional pero efectiva.

El 15M y todas sus escisiones, en forma de pequeños grupúsculos políticos, han dado lugar a esta fuerza, casi horizontal, con una campaña mediática a través de las redes sociales que hoy se han convertido en el poder ciudadano.

Tan importante son las redes sociales que las campañas y las estrategias políticas ya se organizan desde ahí. De hecho, así lo hizo Podemos. Tan relevantes son las redes sociales que le otorgan mucho poder al ciudadano; incluso más del que el propio ciudadano pudo imaginar; más fuerza incluso que en las urnas.

Izquierda Unida, Ciudadanos, UPYD son partidos minoritarios que ganan en votos y representación. Continua siendo algo normal. Son partidos que habían entrado en escena pero con actores muy secundarios. Ahora, aunque siguen siendo de reparto, lo cierto es que cada vez, tienen más peso en esta obra teatral que es la política y el ciudadano.

Pero el mensaje les ha tenido que quedar muy claro a las dos fuerzas políticas más importantes. O miran más por el ciudadano o se acabó la ayuda en forma de voto.

Claro, y todo esto ocurre cuando queda año y medio para las Elecciones Generales donde, tanto el Partido Popular como el Partido Socialista se juegan su hegemonía y el fin del bipartidismo.

Alberto Peláez

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