Al parecer una parte significativa del poder económico catalán ha movido ficha hacia lo que se denomina una «tercera vía» que admite la consulta, pero de tal forma que llevaría mucho tiempo plantearla y con perspectiva de que Cataluña se quede en España. Según dicen «una consulta legal y bien informada es válida» y así se lo han hecho saber a Artur Más.
La explicación es que «legal» implica hacerla tras una reforma de la Constitución y con autorización del gobierno central y «bien informada» significa que la Generalitat explique a los ciudadanos en detalle las consecuencias de una secesión. Planteado así el asunto es de tanta trascendencia que todos apostarían por este camino, todos menos Artur Mas que aunque admite incertidumbres en el camino que ha trazado, ha apostado tan fuerte por la consulta soberanista que ya no conciben la salida que no pase por las urnas.
Muchos empresarios a nivel nacional, en conversaciones privadas, insisten en que Más se está equivocando en su hoja de ruta y está llevando a su partido al abismo pero apuestan por darle una salida airosa y buscar una fórmula para que la consulta no se celebre pero él no quede totalmente desairado, de cara a la opinión pública catalana. «Si en algo somos intransigentes es en que se debe pasar por las urnas» ha asegurado el presidente de la Generalitat, que a pesar de lo ocurrido en las últimas elecciones europeas no ha tomado nota de que su partido irá de derrota en derrota hasta la derrota final, porque ERC no es que le pise los pasos peligrosamente es que le está comiendo literalmente la merienda, por la sencilla razón de que no se ha movido de su lugar ideológico, cosa que sí ha hecho CiU un partido nacionalista y de derechas, conviene no olvidarlo.
Nadie apuesta por una Cataluña independiente porque la UE le daría la espalda y sería una «Osetia» a la española
Sea como fuere, ir al choque de trenes es algo que no interesa a nadie. No le interesa al gobierno de Rajoy que, llegado el caso, debe aplicar la legalidad y ésta no contempla una consulta ilegal, por lo que se vería en una difícil tesitura mucho más complicada que la que en su día planteó Ibarretxe con su plan. No le interesa al PSOE ni al PSC, inmersos como están en plena renovación interna y con un profundísimo desgaste en las urnas y sobre todo no les interesa a los ciudadanos ni catalanes ni del resto de España, mucho más preocupados por la crisis económicas y sus consecuencias que por las cuestiones identitarias
Lo que está claro es que en para los responsables de la Generalitat la mentira es gratis. Mienten cuando dicen eso de que «España nos roba» y mienten cuando afirman que un «Estado catalán» pagaría más a los parados y jubilados. Manejan las cuentas a su antojo eligiendo los años que mejor les cuadran a conveniencia y aderezan las cifras de ingresos y gastos del Estado con Cataluña a su conveniencia, para dar una apariencia de realidad que no lleva a ninguna parte. Aunque el futuro no está escrito, en el horizonte político y económico internacional nadie apuesta por una Cataluña independiente porque, de entrada, la UE le daría la espalda y sería una «Osetia» a la española, un limbo jurídico que llevaría a la pobreza y la marginación internacional a sus ciudadanos. Eso es lo que ocultan los independentistas para poder seguir con su raca-raca mientras los partidos nacionales siguen sin hacer pedagogía pensando que el tiempo terminará por curarlo todo. !Grave error!
Esther Esteban