Alfredo Pérez Rubalcaba fue ministro de Felipe González y si bien no alcanzó la dimensión de los grandes pesos pesados, como Carlos Solchaga, Javier Solana o José María Maravall, tuvo una carrera emergente, donde demostró su buena dialéctica y cierta capacidad de persuasión, aunque a veces le valiese el engaño. Terminó el felipismo y se quedó políticamente huérfano, hasta que Carme Chacón hizo cuanto pudo para que José Luis Rodríguez Zapatero -para ella, José, sin acento- lo acogiese en su núcleo duro. Rubalcaba era brillante y tenía más tablas que todos los que entonces rodeaban a ZP.
Cuando Zapatero se convirtió en un juguete roto en manos de Angela Merkel, Rubalcaba incluso se sintió actor principal
Cuando el PSOE volvió al Gobierno, tal vez de manera inesperada, Rubalcaba lo dio todo, antes y después de aquella primera victoria de Zapatero ante Mariano Rajoy, entonces protegido de Aznar. Rubalcaba fue un buen portavoz parlamentario, demostró que sabía ser ministro -máxime teniendo en cuenta que ahora no competía con solanas o solchagas, sino con los chicos/as de ZP- y cuando Zapatero se convirtió en un juguete roto en manos de Angela Merkel, Rubalcaba incluso se sintió actor principal, cuando era un magnífico actor secundario. Así llegó a líder socialista y a candidato, para protagonizar la peor etapa del PSOE en su historia posterior a la democracia. Carme Chacón, que tanto le ayudó y por la que él tanto había suspirado, terminó siendo la adversaria interna a batir. Hasta el último minuto. Por eso, entre otras razones, se cargó las primarias.
Rubalcaba empezó bien en la política, tuvo sus luces y sombras, y termina de manera errática y contradictoria. Incluso faltando un poco a la verdad, como ya había hecho en otras ocasiones. Tanto él como algunos de sus aliados mediáticos. Que quede claro: la fórmula que se baraja para que los militantes socialistas puedan elegir a Susana Díaz secretaria general -¿o acaso será Madina, una especie de James Dean sin filmografía conocida?- no es de Rubalcaba. Es de Pachi Vázquez, exsecretario general del PSdeG -PSOE, que alfombró así el camino de José Ramón Gómez Besteiro. Es más, Rubalcaba intentó echar abajo el compromiso de Pachi Vázquez con sus bases y con su comité nacional gallego, pero ya era tal su debilidad que terminó cediendo ante el aguerrido ex líder del PSOE gallego.
José Luis Gómez