La periodista le recordaba las ocasiones en que había puesto como modelo a la Venezuela de Hugo Chávez y él, airado pero sin perder el temple (eso nunca), la retaba a demostrarlo. Ella, que se llega a la redacción, que compila los testimonios y que, bofetón hertziano al canto, los emite tal cual, con todo el desparpajo oratorio del que hace gala el personaje. El movimiento bolivariano “es una referencia fundamental para los ciudadanos del sur de Europa”, “me emociona escuchar al comandante (Chávez). Se le echa mucho de menos”, con su muerte “hoy los demócratas hemos perdido a uno de los nuestros”…
De haber contado con la guillotina “cuántos horrores nos habríamos evitados los españoles”
Pero hombre de Dios (con perdón), a lo hecho pecho y a lo dicho también. Uno casi queda peor cuando le dejan en evidencia de semejante manera que cuando se le ocurre decir estas cosas en la tele. En la tele iraní, en la venezolana o en alguna de aquí, que para el caso… Estas cosas que a algunos les parecen el paradigma del nuevo progresismo y que son en realidad más antiguas y mohosas que el Código de Hammurabi. A lomos de su inapelable éxito en las últimas elecciones y como Zeus desde su trono de marfil, el líder de “Seguemos” nos lanza un día sí y al siguiente también los truenos de su verdad de andar por casa. El terrorismo de ETA “tiene explicaciones políticas”. Así, sin anestesia. De haber contado con la guillotina “cuántos horrores nos habríamos evitados los españoles”. Tal cual, sin disimulos. Pues eso, seguemos las cabezas coronadas, las de los pudientes, las liberales y las de la casta, seguemos las libertades y derechos de los contrarrevolucionarios, seguemos la dignidad de los policías “matones al servicio de los ricos” y de las víctimas del terror, seguemos la hierba bajo los pies de nuestra democracia y cuando no quede nada que segar… Cuando no quede nada a lo mejor aquí ya no puede votar nadie y a algunos ya no les hace gracia ni les da “share” la bromita ésta que tanto han ayudado a engordar. ¿Exagerado? Probablemente. ¿Alarmista? Pues también un poco, pero yo prefiero dejar por escrito estas reflexiones no excesivamente originales y espero compartidas por muchos ahora que, todavía, podemos.
Dani Hidalgo