Ese cansancio que viene aflorando en la sociedad respecto a la clase política no es un cansancio existencial sino que se basa en hechos como el escándalo de que los europarlamentarios tengan el dinero de sus futuras pensiones en una Sicav o que en el Tribunal de Cuentas estén colocados amigos y familiares directos e indirectos de quienes lo gobiernan.
Willy Meyer de IU ha tenido la decencia política de dimitir, pero otros que al igual que él se han beneficiado y se benefician de tener su dinero en una Sicav parecen haber optado por mirar hacia otro lado diciendo que es legal.
Los eurodiputados se beneficien de esa fiscalidad especial a la que nunca podrán acceder el común de los mortales
Sí, las Sicav son legales, de eso se han asegurado los distintos gobiernos, pero la pregunta es si además de legales es éticamente aceptable que los eurodiputados se beneficien de esa fiscalidad especial a la que nunca podrán acceder el común de los mortales y que consiste en tributar a menos de un uno por ciento por el dinero que se posee.
Mientras los ciudadanos de a pie hemos pagado de nuestro bolsillo la crisis financiera provocada por unos desalmados, mientras las clases medias se han empobrecido y aún hoy nos sacuden el bolsillo para mantener el país mientras los poderosos continúan guardando su dinero en las Sicav, mientras todo esto sucede resulta que nuestros ilustres padres de esa Europatria llamada Europa también tenían sus dineros a buen resguardo tributando a menos de uno por ciento.
La señora Valenciano, doña Elena, el señor Cañete, don Miguel o la señora Díez. Doña Rosa, entre otros, tenían el dinero de sus pensiones en una Sicav de Luxemburgo manejada por el Parlamento Europeo. ¡Vaya ejemplo! El remate es que además algunos de los eurodiputados intenten convencernos que no sabían que su dinero estaba en una Sicav. Pero el colmo es que el Parlamento Europeo tenga la desvergüenza de colocar el dinero de las pensiones de los eurodiputados en una Sicav. Vaya ejemplo de moralidad. Luego se extrañaran del desafecto hacia la Unión Europea.
llegará el día en que el desprestigio de la política será una puerta abierta para quienes no creen en la democracia.
En mi opinión las Sicav son una vergüenza porque favorecen a quienes más tienen. Cuanto más dinero mejor porque así no tributan, pero si usted es un empleado o un profesional medio, Hacienda le colocara del revés hasta que caiga de su bolsillo hasta el último euro, y pobre de usted que se le olvide declarar cualquier nimiedad porque le perseguirán por tierra, mar y aire.
Hasta ahora pensábamos que las Sicav eran cosa de esos empresarios del Ibex 35 pero ahora resulta que nuestros políticos también han venido disfrutando en Luxemburgo de una Sicav. Legal, insisten, y sí, legal es pero la legalidad y la moral no siempre están en sintonía. Se lo dejo dicho el gran César a su esposa Calpurnia: la mujer de César no solo ha de ser honesta sino parecerlo. Pues bien que nuestros eurodiputados hayan tenido o tengan sus dineros de la pensión en una Sicav es algo que cuanto menos les debería de avergonzar.
O la clase política se da cuenta de que la sociedad está harta de ver como tienen privilegios injustificables o llegará el día en que el desprestigio de la política será una puerta abierta para quienes no creen en la democracia.
El caso del Tribunal de Cuentas que más que un Tribunal parece una agencia de colocación de los jefes del mismo Tribunal o el caso de la Sicav de los europarlamentarios, deben de ser cortados de raíz.
La calidad de nuestra democracia es manifiestamente mejorable, asuntos como estos desesperan a los ciudadanos hartos de tanta corrupción y que los políticos tengan prebendas en función de ser quienes son.
Ya está bien y a ver si se aplican lo de la mujer del César…
Julia Navarro