domingo, septiembre 22, 2024
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¿Regeneración con tanta corrupción?

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El Jueves 19 de junio, los españoles vivimos un día muy ilusionante al escuchar el discurso del joven Rey Felipe VI en el Congreso de los Diputados. El Monarca fue muy claro al hablar de que velaría por la transparencia, la equidad y la justicia.

Sin embargo, seis días más tarde, el Juez Castro, reafirmaba la imputación sobre la Infanta Cristina -su hermana- por dos delitos fiscales y otro por blanqueo de capitales. 

Aquellas palabras de Felipe VI que, retumbaron como una armonía que se propagó por todo el hemiciclo del Congreso, se convirtieron en navajas afiladas.

El Rey tiene que velar, y ahora más que nunca, por que la justicia sea igual para todos. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo.

Pero no es sólo eso. Seguimos desayunando todos los días con más casos de corrupción. Es como el rezo de un rosario que nunca termina. 

Además de la hermana y el yerno, Iñaki Urdangarín, que golpean directamente a la Corona, hay más, muchos más asuntos turbios que indignan a los ciudadanos.

Un Juez está investigando la financiación ilegal de UGT en Andalucía y parece que el sindicato creó una caja B. Sólo quiero recordar que la filosofía del sindicato socialista UGT es la de velar por los trabajadores y la equidad para todos. Velar también por la transparencia y la lucha contra la corrupción. Pues menuda forma de acabar con las corruptelas.

Pero es que el Tribunal de Cuentas, tiene a un diez por ciento de los trabajadores que son familiares o antiguos miembros de anteriores gobiernos. Esto, en la iniciativa privada no tendría ningún tipo de transcendencia. Sin embargo, en el sector público es un arma que la carga el diablo. Porque se trata de dinero de todos los españoles. Ahora el Presidente del Tribunal de Cuentas comparece en el Congreso. A ver que explicaciones sensatas y creíbles nos ofrece cuando nos cuente porqué hay tantos familiares en dicho tribunal.

Y ahí estamos, en esta España que languidece entre las esperanzas del nuevo Rey y la descomposición de la sociedad por culpa -sí, por culpa- de las instituciones.

La confianza en el Rey es grande. El Monarca quiere cambios y una regeneración total, pero tendrá que luchar contra corriente. Me queda un pregunta ¿Le dejará la casta política que haga su trabajo?¿O podría resultar un tipo molesto contra dicha casta?

Alberto Peláez

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