lunes, septiembre 23, 2024
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Dos Estados

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En su primera reacción al asesinato a sangre fría de tres estudiantes judíos, la Autoridad Nacional Palestina les describió como “soldados cuyos cuerpos, según la versión israelí, fueron encontrados en Hebrón”… Soldados. Semanas antes, a las pocas horas del secuestro, Fatah, el partido del presidente Mahmoud Abbas, celebraba la noticia en su cuenta de Facebook caricaturizando a los chavales como ratones atrapados en el anzuelo de una caña de pescar. Debajo podía leerse “¡Golpe maestro!”. Ya ven, los palestinos “moderados” cerrando filas con sus hermanos “radicales” de Hamas. Que nadie pueda decir que la orquesta de su recién estrenada coalición de gobierno no suena afinada. Más. Hanin Zoabi, diputada árabe en el parlamento israelí, aseguraba hace apenas quince días que los autores de esta atrocidad no eran terroristas, sino “personas que no ven otra manera de cambiar su realidad”. Todavía este pasado martes la señora Zoabi sentenciaba que la responsabilidad del asesinato de Naftali, Gilad y Eyal era del ocupante israelí.

Esto último, lugar común al que también acude con pasmosa desvergüenza nuestra legión patria de simpatizantes de la causa árabe, merece un pequeño análisis. Breve, no teman. Si la ocupación israelí es la madre de todas las desgracias que desde los años 40 del pasado siglo azotan la región (alguien habrá seguro que nos explique qué responsabilidad tiene Israel en las sangrías de Siria o Irak, por ejemplo), cabe pensar que con la consecución de un estado palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este se acabarán los ataques indiscriminados contra la población civil, los secuestros de niños que vuelven de la escuela, su infame ejecución en el asiento de atrás de un coche, el horror de sus cuerpos sepultados sin piedad bajo piedras y arbustos, la angustia agónica de sus madres…

Sí, sabemos que los palestinos, no perdiendo jamás la oportunidad de perder una oportunidad, ya dijeron que no a un estado propio en el 37, en el 47, en Camp David en el 2000, en Taba un año más tarde, también  dijeron que no en 2008. Y en 2012. Pero esta vez es diferente, nos dicen. La comunidad internacional al unísono rema esforzada hacia la solución de los dos estados. Lo hace la administración Obama, lo hacemos desde la Unión Europea… Hasta el Papa Francisco pide que el proyecto no se quede en “un sueño”. Pero ¿qué dicen los actores principales de este drama inagotable? Una reciente encuesta de la Universidad Hebrea de Jerusalén señala que el 63 por ciento de los israelíes está a favor del establecimiento de un estado palestino en Gaza y Cisjordania. Otro estudio llevado a cabo por los palestinos hace apenas unas semanas arroja que el 60 por ciento rechaza la idea de los dos estados. Nostálgicos de lo que llaman la “Palestina histórica” no conciben aún hoy otra cosa que un estado propio que vaya del Jordán al Mediterráneo. Oiga, ¿y los judíos? Pues eso, al mar.

 

Dani Hidalgo

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