¿Es apropiado que el Jefe de un Estado aconfesional se santigüe cuando, en representación de todos los ciudadanos (católicos, agnósticos, protestantes, musulmanes, ateos, indiferentes, otros, etc.) se inclina ante los restos mortales de un prohombre de la Nación? ¿Prevalece en esta situación la religión del finado o la del Jefe del Estado? ¿Mantiene este último su necesaria neutralidad confesional mostrando oficial o públicamente, en esta u otras circunstancias, sus convicciones religiosas? En este país colonizado por la Iglesia Católica quizás a muchos les parecerá normal pero puede que no lo sea.
Los que prometan ya no tendrán que hacerlo con una Biblia y un crucifijo presentes aunque innecesarios
Felipe VI ha decidido que las tomas de posesión en la Zarzuela se organicen ahora a gusto del consumidor, perdón, de la persona que tome posesión que optará, como se viene haciendo, por prometer o jurar. Lo que cambia, y esto está muy bien, es que los que prometan ya no tendrán que hacerlo con una Biblia y un crucifijo presentes aunque innecesarios. Buen precedente para las demás tomas de posesión en todo el país. Es de suponer que unos propios se encargarán de poner y quitar Crucifijos, Biblias y Evangelios en los casos en los que varios cargos tomen posesión y unos juren mientras otros prometan. Como es habitual que los interesados comparezcan por un orden protocolario predeterminado no parece que su confesionalidad o aconfesionalidad debiera de prevalecer sobre ese orden protocolario agrupando por un lado a los que juran y por otro a los que prometen. Por cierto, que entre prometer sobre la Constitución y jurar sobre un libro santo ante un crucifijo es también factible jurar sin invocar expresamente a Dios, sin crucifijo y sin Biblia ni Evangelio. Interesante. Creativo. Las fórmulas intermedias tienen, sin duda, su morbo.
Cuantos más hombrecitos de negro vengan a comprobar las cuentas públicas, políticas, empresariales o sindicales, mejor
Puede que el Tribunal de Cuentas sea auditado por una entidad externa, privada. Eso desea su Presidente tras comprobarse que de la olla del Tribunal se escapa un tufillo maloliente. Fascinante. ¡El fiscalizador mayor del Reino quiere ser fiscalizado! Bastante mal andarán las cosas para que pida que le registren. Visto lo visto es compatible levantar las dos cejas (una más que Anceloti) ante este aparente despropósito y aplaudir el que el Tribunal de Cuentas sea revisado por hombres de negro. En España, desgraciadamente, cuantos más hombrecitos de negro vengan a comprobar las cuentas públicas, políticas, empresariales o sindicales, mejor. Lo vemos de nuevo con las cuentas valencianas cuestionadas ahora por Bruselas y que eran de Camps, no de la época de Zapatero como maliciosamente dice la Vicepresidenta. Lo más sorprendente es que este Presidente del Tribunal de Cuentas, que ya lleva dos años en la poltrona, no dimita ante la incompetencia de su organismo que, aparentemente, revisa tarde y, quizás, mal. Incluso el Presidente de Gowex ha dimitido tras confesar que falseaba sus cuentas. Si hubiese seguido el ejemplo de muchos otros se aferraría a su puesto hasta ser imputado o condenado, si es que acaban condenándole por algo.
Visto lo ocurrido, y conociendo el percal local, ese rezo tripartito no pasaba de ser una operación de imagen
Palestina vuelve a incendiarse. Esta vez empezaron con secuestros y asesinatos de adolescentes. ¡Terrible! Pero, ¿Es volver a bombardear al otro y matar la mejor manera de enfocar un futuro que debiera de ser de convivencia? Hamas dispara cohetes a la central nuclear israelí de Dimona. Cohetes suicidas, porque si la alcanzasen ni los palestinos escaparían de una catástrofe nuclear regional. ¡Y todo esto poco después de que Francisco juntara a los Presidentes de Israel y de los palestinos para orar por la paz! El palestino sigue al frente de los suyos pero sin controlarles, especialmente a los de Hamas en la franja de Gaza. Y al israelí se le acababa su mandato ahora, en julio, al mes del rezo. Además, daba igual porque en Israel el Presidente pinta poco frente al Primer Ministro que, además, quiere una paz israelí. Visto lo ocurrido, y conociendo el percal local, ese rezo tripartito no pasaba de ser una operación de imagen. No debiera el Papa promocionar estas cosas. En el fondo daba igual que rezasen o no rezasen porque en las alturas celestiales tampoco parecen tener ya capacidad de hacer algo. Estamos muy lejos de cuando desde la azotea de este mundo sublunar mandaban diluvios, plagas o destruían Sodoma y Gomorra para remediar el mundo. Pero, como dicen los irreverentes, ¡Aquí no dimite ni Dios! Quedan las NNUU para apaciguar los ánimos o que intenten algo, otra vez más, los miembros del “Cuarteto”, colectiva o individualmente. Negociar, negociar, negociar.
¿Y el barbudo de Rajoy? Pues esperando en su tumbona de mayoría absoluta a que un, piensa él, imberbe (políticamente) nuevo líder socialista le proponga algo que agrade al PP, el partido del despido diferido de Bárcenas. En todo caso es importante que los socialistas mantengan su rumbo socialdemócrata en el marco general, mejorable, de los acuerdos de convivencia constitucional de la Transición. En cuanto a Mas, será recibido por Rajoy tras ganar el gallego un “pulsito” sobre quien pedía ver a quién. Estupideces. Y Cataluña sin barrer.
Carlos Miranda es embajador de España.
Carlos Miranda