Ganó, como todo el mundo esperaba y casi nadie decía, Pedro Sánchez. El madrileño frente al vasco y al andaluz, perdón, granadino. Porque quien ha ganado estas elecciones de este domingo ha sido la presidenta andaluza, Susana Díaz, cuyos votos -los de 'sus' militantes_han sido decisivos para que Sánchez se alzase con la victoria. Ha sido una cuestión de talantes, porque tanto el madrileño Sánchez como el vasco Madina venían con el mismo programa: ambos hubiesen hecho lo mismo. Mantener el consenso constitucional, reformar a fondo el PSOE, proponer al PP acuerdos en cambios sustanciales. Acelerar, en suma, la democracia del país.
Ha hecho mejor campaña: sonríe más, aunque no tiene mejor programa
Le toca a Pedro Sánchez, que tratará de contar con Madina y con Pérez-Tapias en su ejecutiva, disparar a puerta. Madina, hosco, perdió el favor de la lideresa andaluza al sugerir favoritismo de su parte en pro de Sánchez. Que ha hecho mejor campaña: sonríe más, aunque no tiene mejor programa. Pero Sánchez no podrá gobernar el barco del PSOE al margen de Díaz. Ella es quien ha ganado las elecciones de este domingo. Ella, que debería haberse presentado en la pugna frente a las urnas y no lo hizo por razones discutibles.
¿Qué hará, ahora, Susana Díaz?
Este domingo de votación en la militancia del PSOE, para elegir entre los tres candidatos que se presentaban para ser elegidos secretario general en el congreso de este fin de mes, se hablaba, paradójicamente, más de quien no concurría a las elecciones internas que de quienes sí lo hacían. Muchas veces he opinado que Susana Díaz, la presidenta de la Junta andaluza, debería haberse presentado ante estas urnas partidarias; no lo hizo alegando los intereses andaluces. Yo más bien creo que fueron presiones interesadas de su entorno y el deseo de no participar en algo que podría haber degenerado en lucha intestina -exigió a los demás, aunque no explícitamente, que se retiraran; Eduardo Madina se negó_lo que llevó a la 'lideresa' a quedarse en el sillón andaluz del palacio de San Telmo antes de remontar el vuelo nacional. Y claro, ocurrió lo que era de temer: que en la propia jornada electoral los titulares se los llevó Díaz, al revelarse que el Rey Juan Carlos le había pedido que se presentase a estas elecciones, por entender que ella es, de entre los dirigentes del PSOE, quien mejor podría garantizar el respeto al pacto constitucional a favor de la Corona y la defensa de la unidad de España frente al secesionismo catalán.
Al Rey, a quien se sabe que desesperaba la lentitud con la que Rajoy se movía en el tema catalán, le gustaron los planteamientos de Díaz en la entrevista de esta con Artur Mas
¿Qué hará Susana Díaz tras este domingo electoral en el que ha ganado 'su' candidato? Porque de todos era sabido que 'su' candidato era Pedro Sánchez, mientras que por Eduardo Madina sentía algo cercano a una hostilidad no del todo bien disimulada. De todos era conocido que apoyó, sin palabras pero con avales, al madrileño. Y muchos dirigentes locales y gentes de su entorno decían, y dicen, que la presidenta andaluza no ha renunciado a la posibilidad de presentarse a las elecciones generales frente a Rajoy, o frente a quien el Partido Popular ponga a su frente, que ya hay quien anda diciendo por ahí que «Mariano está cansado y piensa que ya lo ha obtenido todo en la vida política». Pero eso, lo mismo que el 'resurgir Rajoyista', que implica, al fin, ese encuentro con Artur Mas, sería objeto de otro comentario. Lo urgente, lo actual, hoy, es el PSOE y el futuro del segundo partido de la nación, un tema de enorme importancia.
Juan Carlos I, que trató, en vano, de impedir la marcha de Rubalcaba -el líder socialista había anunciado al Monarca, ya en enero, que no se presentaría a las primarias–, volvió sus ojos a Díaz. La conoció a través de dos encuentros a comienzos de año, cuando ya también el Rey había tomado la decisión de abdicar, aunque no probablemente tan pronto como a comienzos de junio, cuando una filtración aceleró todos los planes. Al Rey, a quien se sabe que desesperaba la lentitud con la que Rajoy se movía en el tema catalán, le gustaron los planteamientos de Díaz en la entrevista de esta con Artur Mas, una entrevista cuyos detalles corrió la andaluza a contarlos en La Zarzuela. Pero tampoco cuajaron, como se sabe, las sugerencias del jefe del Estado para que Díaz sumase a la presidencia andaluza la secretaría general del PSOE, que fácilmente habría ganado si se hubiese presentado, máxime si, como pretendió, lo hacía en solitario.
El pacto constitucional no corre, por tanto, peligro, ni en estos instantes ni cuando se celebre el congreso extraordinario del PSOE
Ahora, decir que el candidato de Felipe VI, una vez descartada Díaz, era Pedro Sánchez quizá sea arriesgado. La Zarzuela ha hablado al menos con quienes se configuraban como los dos principales candidatos al triunfo en estas elecciones andaluzas. Y se conocía la amistad de Madina con Don Felipe y doña Letizia, un conocimiento forjado a través del diplomático Bernardino León, que ha actuado como una especie de jefe de gabinete del candidato vasco en esta campaña y que acompañó al entonces Príncipe de Asturias en algunos de sus viajes a América para acudir a tomas de posesión de los nuevos mandatarios latinoamericanos. Fue muy comentado el aparte que la reina Letizia hizo con Madina durante la 'recepción de los dos mil quinientos' en el palacio de Oriente, el pasado 19 de junio. Mi impresión es que la pareja real mantiene muy buenas relaciones tanto con Sánchez como con Madina y que el pacto constitucional no corre, por tanto, peligro, ni en estos instantes ni cuando se celebre el congreso extraordinario del PSOE, que se inicia en la ya inminente fecha del 26 de julio.
La pregunta, por tanto, sigue siendo la misma: y ahora, ¿qué hará Susana Díaz? La federación socialista que ella domina de manera mayoritaria es la más importante -más de cuarenta y cinco mil militantes, bien organizados, como se ha comprobado–, sus cualidades políticas son evidentes, lo mismo que su ambición. ¿Dejará pasar cuatro años antes de intentar llegar a La Moncloa? ¿O hará lo posible por retrasar, al menos retrasar, las primarias previstas para noviembre, adelantará sus propias elecciones autonómicas y dará el paso adelante? De momento, ya este domingo quedó claro que el 'susanismo' es lo que impera en las expectativas del PSOE y de la opinión pública. Pienso que el proceso, en el PSOE, está lejos de haberse cerrado con la elección de este domingo.
Fernando Jáuregui