Uno de los grupos es heterogéneo, multiforme, con hombres y mujeres de muy distinta procedencia, profesión e ideología; el otro, el que hizo público su manifiesto al día siguiente del primero, está formado por militantes y simpatizantes de la izquierda, mayormente Izquierda Unida y el PSOE.
Artur Mas está de enhorabuena, puede esgrimir ante sus amigos de ERC y CUP, que no quieren nada a los que llaman despectivamente “españoles”, que esos españoles que sienten muy dentro Cataluña ni siquiera se ponen de acuerdo sobre cuál debe ser su futuro. La consigna federalista del PSOE de Rubalcaba, que ha hecho suya Pedro Sánchez, la asume el segundo grupo de pe a pa, lo que ya da una pista sobre las diferencias entre los que firman el primer manifiesto y el segundo.
Habría que preguntarse qué pinta ahora una España federal, qué tipo de solución aporta. Como si los independentistas catalanes fueran a recoger velas ante una propuesta federal … Los tiros no van por ahí, y los que se empeñan en esa vía es que no se han tomado siquiera la molestia de preguntar a Artur Mas, Junqueras y sus adláteres si dejarían sus veleidades separatistas ante un España federal.
No es eso lo que pretenden, aunque tienen tal cacao montado que ya ni saben si les interesa la independencia, porque el comité de supuestos expertos que se ha buscado Mas para que diga si bwana a todo, ha metido un buen rejón al independentismo con eso de que Cataluña solo es viable si mantiene el euro; a continuación esos supuestos expertos indican algunas fórmulas para seguir en el euro tras ser expulsados de la UE. Pues ya pueden inventar fórmulas: fuera de la UE no hay euro que valga. Así que, señores y señoras independentistas, a ver cómo arreglan el desaguisado.
Sánchez no ha acertado con su orden de que los eurodiputados socialistas votaran en contra de Juncker
Pedro Sánchez, que puso un chute de entusiasmo en un partido desentusiasmado, no ha acertado con su instrucción, orden, o lo que sea, de que los eurodiputados socialistas españoles votaran en contra de Juncker. Se esperaba más de alguien que tiene cierta experiencia internacional. Que su primera decisión provoque el malestar del resto de los eurodiputados socialistas con el grupo español cuando habían acordado votar a favor del primer presidente de la Comisión elegido y no designado, y que con esa misma decisión se provoque también el recelo de Juncker hacia los socialistas españoles, no es empezar con buen pie. Y no vale el argumento de que los que discrepan de su decisión acudan a una agrupación a explicar su postura. Importan las agrupaciones, faltaría más, pero también el crédito del grupo socialista entre sus compañeros de filas del Parlamento Europeo.
Ojalá Pedro Sánchez se lo piense mejor en el futuro antes de tomar ciertas iniciativas, porque en caso contrario van a durar poco las esperanzas puestas en él. A lo mejor piensa que si se escora a la izquierda consigue restar votos al hombre de moda, a Pablo Iglesias, pero no es así como se ganan elecciones. Aparte de que la izquierda que pregona Iglesias no tiene nada de moderna, sino que es vetusta, populista, demagoga e intolerante. Una duda: presume Podemos de que su líder se quedará solo con algo menos de 2 mil euros de su salario como eurodiputado, 6.250 euros netos al mes. Pero ¿qué ocurre con los más de 4 mil euros mensuales para oficina, más los 300 euros diarios de dietas para viajes? ¿Los cobra aparte de los tan cacareados 2 mil euros, o los destina también a cuestiones sociales una vez descontados los gastos? Por preguntar que no quede.
Madina ha rechazado formar parte de la ejecutiva de Sánchez, y en el parlamento catalán Iceta ha votado a favor de que Cataluña pueda tener competencias en materia de consultas. Todo lo contrario de lo que el PSOE votó en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez incluido. Al nuevo secretario general socialista –a falta de confirmar en el congreso- se le están poniendo las cosas difíciles.
Pilar Cernuda