El Gobierno ha decidido revisar al alza las previsiones de la economía para este año y revisar algunos aspectos de la reforma fiscal presentada en sociedad hace ya tres semanas, así como retocar algunos aspectos de las normas de desahucios y ejecuciones hipotecarias. Para empezar, ayer en el Congreso el ministro De Guindos aseguró que esperan un aumento del PIB para este año del 1,5 por ciento. Hay que recordar que las previsiones empezaron en el 0,7 por ciento y que en línea con lo que han ido haciendo organismos y centros de estudios, éstas se han ido modificando al alza con el paso de los meses por la mejora que han ido experimentando numerosos indicadores. Ayer se conocía por cierto que el comercio minorista había creado empleo por primera vez desde la crisis. Pero también hay que anotar el turismo, el sector exterior, la EPA del segundo trimestre, la venta de casas y de coches y otros indicadores que apuntan a que efectivamente podemos estar viendo ya la salida de la crisis. Cierto que aún el paro afecta a muchas personas y que hay que seguir trabajando. En este sentido, hay que apuntar la reforma fiscal que definitivamente el gobierno aprobará este viernes. Hacienda ha apuntado algunas novedades interesantes. Por ejemplo, la indemnización por despido tributará cuando supere los 180.000 euros y estarán exentas las plusvalías generadas por la venta de activos para los mayores de los 65 años, con la condición de que lo inviertan en su pensión como complemento a la pública. En cuanto a la normativa reciente sobre ejecuciones hipotecarias, el gobierno se propone facilitar que aumenten las daciones en pago y las negociaciones con las entidades financieras para la reestructuración de la deuda, con el fin de retrasar el desalojo.
No quiero dejar pasar un comentario sobre las ideas económicas del nuevo secretario general del PSOE. Pedro Sánchez, doctor en Económicas, como les gusta destacar a sus más cercanos, propuestas lo que se dice propuestas no ha hecho. Más bien se decanta por las derogaciones de muchas de las leyes o reformas que puso en marcha el PP para parar el golpe de la quiebra de España a la que nos había conducido el gobierno de Zapatero. No sé si también se refiere a los 20 días de despido objetivo que aprobó el propio PSOE. En cuanto a la ayuda a familias con hijos que no reciban prestación alguna, se echa de menos de un economista que no la acompañe de algún número: de cuántas personas estamos hablando, de cuánto considera adecuado, por cuánto tiempo y qué cantidad maneja. Parece, y es poco serio, que no hay nada estudiado. Hay que recordar a Sánchez que el Plan Prepara está en vigor y que nadie ha quedado todo el tiempo sin ninguna ayuda. Se puede hablar de todo, pero también y sobre todo de cuánto, cuándo, a quién y de dónde. A estas alturas, demagogia la justa. Ya andamos saturados.
Carmen Tomás