Sólo como hipótesis para una reflexión de cada uno dejo la pregunta que media España se está haciendo: si no hubiera sido un cura el trasladado a Madrid sino cualquier voluntario de cualquier ONG infectado con el ébola ¿existiría la misma polémica que se está dando ahora? Que cada cual se responda lo que quiera. Pero el hecho está ahí y sea o sacerdote o no, me parece miserable preguntarse quién va a pagar los gastos del traslado. Otra cosa son todas las cuestiones que se derivan de una decisión tan humanitaria al menos como la de pagar por el rescate de rehenes.
Me parece miserable preguntarse quién va a pagar los gastos del traslado
Y las derivada son varias y todas tienen un matiz que se puede y se debe debatir sin tergiversar necesariamente la realidad. Ejemplo: insisten en el debate de una cadena de televisión en asegurar que el Gobierno ha dicho que el traslado del sacerdote tiene «riesgo cero» lo que, naturalmente, desmienten prácticamente todos los expertos porque el «riesgo cero» no existe. Pero se olvidan de una palabra que se antepone a la afirmación: «prácticamente el riesgo es cero» y que vuelve a repetir don Juan González portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC): el riesgo de más contagios en España es «casi cero». «No hay casi riesgo de contagio porque sólo tenemos un caso y desde que ha llegado ha estado bajo control médico«. Entre estas afirmaciones y dar la sensación de que el traslado de padre Miguel Pajaras es poco menos que una bomba de relojería, hay un mundo que un medio de comunicación no debería traspasar. Como tampoco debería traspasar -y lo hizo una y otra vez- la imagen de una de las ambulancias con los conductores de la misma sin ninguna protección poniendo de manifiesto lo chapucero que era el traslado. Naturalmente ignoramos -como los responsables del debate- si en esa ambulancia iba o no el enfermo o simplemente formaba parte de la comitiva. Sería bastante absurdo creer que se gaste medio millón de euros en un traslado para luego dejar que los conductores de la ambulancia fueran sin ninguna protección hablando entre ellos animadamente. Si no se sabe, mejor enterarse primero y señalar después. Otro debate abierto en paralelo es el de los recortes en Sanidad frente al dispendio de este mediático traslado. Personalmente -y de forma muy interesada además- estoy radicalmente en contra no ya de los recortes sino de toda la política sanitaria española incluida la absurda entrega a las comunidades de esta parcela que te convierte en un paria dentro de tu propio país si sales de tu comunidad. Pero una vez dicho esto, no creo que la alternativa a esta nefasta gestión de un derecho tan delicado sea la venida o no del cura Pajares. No es de recibo usar una vida humana, la que sea, como disculpa para atacar una política determinada. Hablemos de la sanidad y sus problemas, de la pública y la privada, de los recortes y cierres pero sin poner nombres propios ni usarlos como coartada porque eso envilece toda la argumentación.
Y por último cabría señalar otra ocurrencia de Rajoy que deja bien a la claras la coordinación y comunicación de este Gobierno. Se preguntaba el presidente de dónde había salido la idea de que se iba a cobrar a la orden religiosa por el traslado del misionero. Pues mire usted, señor presidente, ha salido de la directora general de Sanidad de su gabinete doña Mercedes Vinuesa que el jueves confirmaba que el ministerio había iniciado los trámites para remitir la factura a la congregación religiosa. «La orden de San Juan de Dios asumirá los gastos que tenga que asumir». Señor Rajoy, es un placer informarle sobre de dónde salen muchas de la noticias de su partido y de su Gobierno: salen de su Gobierno y de su partido.
Andrés Aberasturi