No es un consuelo que por ahí fuera se vivan episodios de corrupción que en algunos casos dejan chiquitos a los nuestros, pero en cierto sentido ayudan a aguantar con resignación, no exenta de desencanto, los que se producen en España; cuando cuecen habas en todas partes parece que la fechoría es menor, aunque no deja de ser una fechoría. Que la orgullosa Christine Lagarde haya sido imputada por el caso Tapie nos hace parecer menos malos, aunque tenemos malos, delincuentes y personas de ética reprobable, para aburrir.
Francia vive un auténtico tsunami con el caso Tapie. Es uno de los personajes más afamados del país vecino, pero muy muy afamado, y no solo por ser ministro de Mitterrand, sino por su trayectoria de ricacho con enorme proyección pública en el campo político, empresarial, social e incluso futbolístico. En Francia están atónitos con el papel que han jugado Sarkozy y Lagarde, aunque esta última se escuda en que su pecado fue no haber vigilado suficientemente.
Francia vive un auténtico tsunami con el caso Tapie
No lo cree ni ella, no cuando se trata de Bernard Tapie. Pero allá los franceses con sus personajes públicos y con su justicia, aunque el caso Lagarde hace pensar que se hace absolutamente necesario, en España y fuera de España, tomarse en serio limpiar el escenario político. Aunque no sea más que para separar el grano de la paja, porque aunque no lo crean hay dirigentes políticos, y no tan dirigentes, que trabajan en serio, con rigor, sin horas, ganando menos dinero que si se dedicaran a su actividad profesional y con auténtico afán de servicio. Pero al dedicarse a la política quedan “contaminados” cuando son tantos y tan graves los casos de corrupción.
En plena tormenta catalana por el caso Pujol y su incidencia en el calendario independentista, Pedro Sánchez ha decidido pedir una cita a Artur Mas, con el que se verá la semana que viene.
Una buena iniciativa. Es importante que el presidente de la Generalitat compruebe de forma directa, en un encuentro personal, que no es Rajoy el único que pone pie en pared contra su proyecto secesionista, sino que también el líder de la oposición pelea por una Cataluña española.
Difieren Rajoy y Sánchez en la fórmula del engarce, el secretario general socialista insiste en la reforma de la Constitución que lleve a fórmula federalista para solucionar algunos de los muchos problemas que plantea la España autonómica. Una idea que no comparte el presidente de gobierno. Pero no es eso lo fundamental, la diferencia de criterio, sino lo que les une, que es la misma idea de que Cataluña forma parte de España y cualquier tipo de consulta unilateral es ilegal y por tanto no puede ser aceptada.
Parece que el portavoz parlamentario socialista va a ser Antonio Hernando
Ya de ya comienza el curso político, esta vez con el foco puesto en el nuevo líder de la oposición, nuevo en todo o en casi todo pero que tiene detrás un PSOE ilusionado y aparentemente unido. Parece que el portavoz parlamentario socialista va a ser Antonio Hernando como ya se rumoreaba en el congreso extraordinario de julio, y parece también que Sánchez se va a “mojar” en esta nueva etapa, va a dar la cara, no rechazará el debate del día a día, además de que será quien se enfrente a Rajoy en las sesiones de control de los miércoles.
Quiere poner toda la carne en el asador para impedir, o tratar de impedir, que se cambie la ley electoral. Pincha en hueso: Rajoy está total y absolutamente decidido a sacarla adelante, solo o en compañía de otros. Aparte de que le conviene, porque el PP podrá gobernar sin la hoy necesaria mayoría absoluta, se siente cargado de razón cuando dice urbi et orbe que con su proyecto se respetará más el sentir de los ciudadanos…
Pilar Cernuda